La década de los ochenta marcó el despegue de Álvaro Uribe Vélez. Tenía 27 años cuando ocupó su primer cargo público, la dirección de la Aeronáutica civil en el gobierno de Julio César Turbay y empezó a armar su patrimonio familiar con la compra de la finca El Ubérrimo
Uribe había crecido en el mundo ganadero y equino colombiano al lado de su padre Alberto Uribe Sierras, quien compró y vendió muchas fincas en Antioquia y una de estas en Córdoba. Por esto conocía el departamento y la fértil región del Sinú.
Su cargo como director de la Aeronáutica Civil le permitió conocer aun más regiones del país y dirigentes políticos, especialmente dentro del partido liberal, en el que militó desde los tiempos de universitario, estudiante de derecho en la Universidad de Antioquia. Estaba en la recta final del cargo en el gobierno de Turbay que concluía el 7 de agosto de 1982, cuando se le dio la oportunidad de comprar El Ubérrimo a Jesús María López (*), hermano del dirigente liberal de Córdoba, Edmundo López Gómez.
Se trataba de una extensión de 1500 hectáreas, con fertilidad especial por estar beneficiada de un distrito de riego construido por el Incora con anterioridad, y de la cual deriva el nombre de la finca. Entonces era un pastizal e bruto con pocas cabezas de ganado que Uribe en cuarenta años ha transformado en una gran hacienda ganadera moderna, eficiente y productiva, donde además tiene una cría de caballos, más como hobby que como negocio. Nada lo relaja ni le gusta más que amansar caballos y montarlos. Desde entonces Alvaro Uribe y su familia quedó vinculada a Córdoba.
Su entronque con el departamento y la región fue por lo alto.
Jesús María López Gómez es hermano de Edmundo y Libardo, jefes de lo que sería reconocido como el clan López consolidado por el movimiento político Mayorías liberales, con peso en el liberalismo y en la política nacional. Libardo formó parte de la junta que impulsó la creación del departamento de Córdoba en 1952 durante el gobierno del gobernador Roberto Urdaneta Arbeláez.
Recién salido del gobierno, Uribe pudo disfrutar la finca un par de meses, porque pronto se reenganchó en el nuevo gobierno del conservador Belisario Betancur: fue nombrado alcalde de Medellín en octubre de 1982. Un efímero cargo en el que solo permaneció dos meses; en diciembre de ese año se vio envuelto en un episodio que motivó su salida del cargo.
Durante los siguientes doce años fueron muchos los días que le dedicó Uribe a las fincas, algunos al lado de su papá ganadero quien se movía entre varias fincas en Antioquia, incluida La Guacharaca en Puerto Berrio, donde fue asesinado por la guerrilla en 1983 pero muy concentrado en la suya: El Ubérrimo. Su organización, incluido el manejo de potreros y pastos y productividad es referente para la ganadería nacional.
La relación entre Álvaro Uribe y el clan López que se fortaleció con la venta de El Ubérrimo pronto tomaría forma política en un momento clave cuando Uribe se proyecta nacionalmente para la presidencia de Colombia en el 2002 y requería de apoyos regionales. Edmundo López fue uno de los líderes de 'Liberales con Uribe', que apoyaron al candidato del movimiento independiente Primero Colombia en oposición a la línea que marcó el jefe liberal de las toldas rojas César Gaviria alrededor de la candidatura de Horacio Serpa. Este primer paso de los Lopez le aseguró a Uribe consolidar su gran base electoral en Córdoba que ha trascendido la muerte de Edmundo Lopez, quien falleció en Bogotá en 2015.
El Ubérrimo, está en corazón del Uribe, ganadero y de tierra caliente. Mucho más cerca que la casa-finca de Rionegro, ligada más a la familia Moreno de su esposa Lina y a su suegro Dario Moreno, propietario del predio original, localizado en Llano Grande. El Ubérrimo es además un escenario de trabajo de campo que Uribe ha cultivado durante cuarenta años y donde pasará al menos la primera parte de su detención, sin que se descarte que luego se traslade a Rionegro, donde se acaba de abrir el aeropuerto y facilitaría mucho el traslado de sus apoyos jurídicos y el trabajo de estructurar la defensa.
(*) por un error involuntario en la publicación original del 18 de agosto apareció el nombre de Edmundo López.