La emergencia por la pandemia del Coronavirus (Covid-19) ha provocado un freno en seco de la humanidad entera, dejando como consecuencia la suspensión de proyectos, el congelamiento de contratos, pérdida de bienes, entre otras, pero también mostró una decadencia más en nuestro país, las falencias en el sistema carcelario y los diferentes inconvenientes presentados en las últimas semanas dejan claro que se necesita un cambio drástico en el control penitenciario del país.
Luego de un enfrentamiento bastante fuerte entre los detenidos y el INPEC, en las principales cárceles del país, y de que se filtraran una gran variedad de videos hechos por los mismos presos, muchos colombianos decidieron empezar a indagar y mostrar su descontento con el beneficio que tenía esta población carcelaria, puesto que, se supone no podrían tener acceso a ningún elemento tecnológico, fuera de los computadores de los diferentes centros penitenciarios, que son controlados por los mismos guardias del INPEC, pero ¿Cómo se pudo dar hasta una trasmisión en vivo de lo que estaba pasando dentro de los centros de reclusión?
Se presume que el enfrentamiento fue un motín planeado por bandas de delincuentes del país, quienes decidieron tomarse las cárceles, haciendo un llamado al Estado para que suministrara los implementos de seguridad y salud a los diferentes presos, pero en realidad usaron esto como cortina para que muchos intentaran escapar.
Las redes estallaron, muchos se preguntaban cómo era posible que ellos adquirieran celulares e internet dentro de los centros de reclusión y muchos otros hablaban de los Derechos Humanos de los reclusos y si en realidad, el Estado debería escuchar sus peticiones y entregar todo lo necesario para protegerlos del Covid-19
Varias semanas después de los hechos, el Estado presentó una posible solución a la emergencia sanitaria y el manejo en las cárceles, solución fundamentada en la salud de los reclusos y en la mitigación de la propagación del virus, la idea suponía un decreto ex-carcelario, el cual les permitiría un beneficio de casa por cárcel a muchos de los reclusos, según sus penas y delitos, acto por el cual muchos presos quedaron en libertad condicional.
Hoy se presenta, nuevamente, una discusión, sobre el manejo de los centros penitenciarios, esta vez en El Salvador, donde la historia es completamente diferente, allí el dilema empezó cuando su Presidente de La República, Nayib Bukele, tomó medidas drásticas en la disminución de asesinatos, y ordenó que todas las cárceles del país se manejaran como el centro penitenciario principal, ningún recluso recibirá ningún tipo de beneficio, sustentando que la emergencia sanitaria no se puede prestar para el aumento de delitos, y que estos no tienen la autoridad de hacer este tipo de exigencias.
“Vamos a hacer que los pandilleros que cometieron esos homicidios se arrepientan toda su vida de haber tomado esa decisión.” Nayib Bukele
Su decisión fue ordenar a los guardias mezclar bandos opuestos en los diferentes patios que dividen los centros penitenciarios, esto ocasionarían riñas entre ellos, teniendo en cuenta las bandas a las que pertenecen, así mismo, en las imágenes que han salido a la luz pública se evidencia que ningún recluso, está teniendo el distanciamiento necesario para evitar el contagio de este virus, entre otras medidas que se tomaron allí.
La verdadera discusión se presenta cuando se habla de Derechos Humanos, teniendo en cuenta el control de la ONU en la violación de estas garantías, que podrían estar viviendo los presos en el Salvador, pero también se debe destacar la importante actuación de esta Mandatario en las medidas sanitarias para evitar la propagación del virus y su destacado comportamiento a lo largo de su mandato, y aunque es un tema bastante discutible, no se puede negar que esa mano dura es la que puede disminuir la delincuencia, puesto que en tres días ocurrieron 58 asesinatos en este país.
En el momento de comparar esas medidas en El Salvador y las medidas tomadas por el Estado colombiano, hay una diferencia drástica, quizás una medida así de dura podría ayudar a la población Colombiana, pero al comparar la justicia de este país y la nuestra y teniendo en cuenta los miles de reclusos, el hacinamiento vivido en las cárceles, y los muchos detenido que han sido juzgados por delitos que no han cometido es casi imposible aplicar una medida como esta, pues terminarían pagando los platos rotos personas inocentes, y aunque los reclusos tienen derechos, también se debe investigar a fondo si muchos de estos, no se aprovechan de los beneficios para incurrir en faltas mucho más graves que los propios delitos cometidos.
El sistema carcelario de Colombia está caído, y abandonado, desde hace ya varios años, se han hecho una gran variedad de denuncias donde, se han dado a conocer problemas estructurales de estos centro de reclusión, una reforma radical y eficaz, podría hacer que este sistema se levante y pueda continuar un proceso justo y controlado, todo esto ha sido resaltando y denunciado por la misma Corte Constitucional, guardia suprema de los Derechos Constitucionales de todos los colombianos.
Y aunque parezca un poco descabellado, las decisiones que tomó Bukele son bastante radicales, por lo cual su efectividad es indiscutible y sin dudar dejando a un lado las miles de críticas que recibe por esto, tiene razón al decir que estos presuntos culpables de delitos inhumanos, no pueden exigir derechos pues están pagando las consecuencias en dichos centros de haber quitado estos mismos derechos a personas inocentes.
Pero, la pregunta final sería ¿Algún día Colombia podrá implementar una efectiva justicia? Esto solo lo podrá responder el tiempo, y ojalá, así como esta pandemia sorprendió al mundo entero, El Estado colombiano sorprenda con una solución eficaz a la corrupción que es la principal responsable de todos nuestros desdenes y que está población no siga padeciendo el estado de cosas inconstitucionales a la que ha sido condenado por la misma Corte.