Desde hace muchos días, casi todo marzo y abril, las promociones y los informes son iguales o peores, según la óptica que se tenga de la situación.
Lo importante es que se sigas las instrucciones y, antes que nada, tengas mucha obediencia a las reglas que se expiden casi a diario.
Es necesario ser juicioso y atender todas las recomendaciones que se dan por radio y televisión. Mi única sugerencia es que no estés tan pendiente de los noticieros tanto en radio como en televisión. Esto te puede llevar a la desesperación.
Por ello, te invito a leer muchos libros, revistas, artículos. Si no tienes una biblioteca en casa, te sugiero acudir a una biblioteca digital. Allí encontrarás lo que deseas.
También a escuchar música, es decir, disfrutar de los hermosos sonidos del idioma universal. Artistas nuevos, viejos, épocas diferentes y clásicos, así como la música de tu preferencia.
Y ni qué decir de ver una buena película, cosa que puede hacerse diariamente. Hay muchas y buenas en YouTube o Netflix. Así mismo, puedes tener algunas que hayas adquirido hace algún tiempo y quieras desempolvar.
Jugar en línea o si hay juegos de mesa también es una opción. Puedes contar con dominó, cartas, parqués, ajedrez, Scrabble, Monopolio y todos los que haya en casa.
Para completar, conversar en el desayuno, almuerzo y comida con quienes están a tu alrededor nunca está de más. Además, nada mejor que una charla al calor de un café. Todo eso es bueno y ayuda.
Si tienes redes sociales, anímate a escribir momentos increíbles, contar historias, poner frases o fotos con mucha energía positiva, alegrar a tus amistades con momentos simpáticos, chistes, desafíos…
En estos días, tuve una graciosa charla con un amigo enfermo de remate, pero no porque lo esté, sino porque no tiene arreglo, ni se convertirá en alguien diferente:
— Joven, ¿cómo sobrelleva la vida?, ¿está aburrido?
— Muy bien, chino. Nada de aburrimiento.
— Menos mal tiene libros y música.
— Así es... y sigo escribiendo... preparando notas...
— ¡Excelente! No salga. Toca cuidarse. Igual usted ya ha pasado por esto. Me imagino que no ha sido fácil. La peste negra, la gripa española. Todo eso. Complejo
— ¿Por qué es tan payaso?...
— No está de más cuidarse, amigo. No crea que porque se ha salvado cuando murieron los primogénitos en Egipto, de la ira de Herodes o del faraón, el coronavirus no le va a hacer nada. No se fíe. Hay que cuidarse, amigo.
Porque así es y no va a cambiar en absoluto. Afortunadamente, todavía lo entiendo y espero que este coronavirus no lo afecte demasiado, pues debe estar afuera casi todo el tiempo debido a su labor. Ni se me puede acercar.
Por eso, cuando esta pandemia termine, se acabe la cuarentena y me digan “no te quedes en casa”, estoy seguro de que ya no seré capaz de salir pues me estoy acostumbrando a esta nueva forma de vivir.
Me llamarán amigos para decirme “no te quedes en casa”, vamos a charlar al calor de un café, te esperamos en el parque Sucre… Este encierro me está gustando, pues hago lo que me encanta, además de leer. Escribo, termino unos cuantos cuentos, escucho música, me he visto unas películas que ni imaginaba, he chateado con amigos, he recibido llamadas, he disfrutado al máximo.
Por eso, cuando me digan “no te quedes en casa” ya no sabré qué responder…
