El escándalo del mundo futbolístico tiene un nombre conocido en Colombia, Brasil e Italia: Pablo Armero. El lateral izquierdo, exintegrante de la Selección Colombia y actualmente jugador de la liga italiana en club Udinese, fue arrestado en Miami por violencia intrafamiliar. Todo ocurrió en el Hotel Metropolitan, y según el informe de la policía de Miami Beach, una patrulla llegó al lugar para atender varias llamadas en las que se informaba de discusión violenta de una pareja en una de las habitaciones.
Al ingresar a la habitación los agentes encontraron una escena extraña: cabello humano por el piso, unas tijeras y una mujer en shock que entre sollozos lamentaba la pérdida de su pelo. Según el informe oficial Armero y la mujer, madre de sus hijos, pasaban vacaciones en la ciudad y decidieron salir a beber unas copas, de regreso en el hotel se dio el altercado que terminó con el escándalo y el cabello cortado. En su defensa Armero dijo que la mujer le había pedido que le cortara el pelo, a lo que ella, histérica, respondió que mentía y le señaló a la Policía que la violencia intrafamiliar era un problema de vieja data entre ellos y que este episodio era la gota que rebasaba la copa.
Los agentes arrestaron a Armero y lo condujeron al centro de Detención TGK en el oeste de Miami-Dade donde se abrirá expediente para una audiencia y seguramente fijarle una fianza como suele ocurrir en la justicia norteamericana en estos casos. Sin embargo, no es la primera vez, que “Pablito” Armero enfrenta un escándalo de este tipo. El año pasado, cuando Armero era jugador del Flamengo, en Brasil, se publicó en la prensa un altercado con su esposa quien supuestamente habría sorprendido al futbolista en una juerga con prostitutas en su hogar.
El asunto fue superado pronto, gracias a un video que grabó Armero con su esposa y que publicó en las redes sociales con este mensaje: “Mi esposa sabe que soy su Arrosito con coco (sic), así que por favor con mentiras no”. En el video la pareja, tras un beso nada espontaneo, afirma que “Aquí es sólo alegría, así que no inventen. Paz y amor, Dios por delante, no digan mentiras que aquí está todo bien”. Los hechos de Miami anulan por entero el mensaje que Armero y su esposa trataron de posicionar con aquel video.