No somos el único país con problemas económicos, sociales o políticos. Es más, ocupamos un discreto lugar intermedio, en la lista de países de todo el Mundo y de todas las formas de gobierno y en todos los estratos (1°-2°-3° mundo) que comparten nuestros problemas. Perdón, pero ya perdimos cierto nivel de exclusividad tercermundista. Es que, señores, la globalización, ya no es solo asunto de soluciones, sino de problemas. Uno estornuda y el otro tiene gripe. Las ideologías se radicalizan, y cada una de ellas, en todo el globo, pugna por asumir el control total. Los argumentos de cada uno, obviamente, nos dicen todo lo que NO quiere el “OTRO” Son el día y la noche, basta que “el otro” tenga una idea, para que sea condenada por el otro, “otro”. Estado es lo de menos. El gobierno, solo vale en la medida que permite hacer lo deseado. No es el cuerpo social lo importante. Es por el poder. Es por “clase” social y dinero. Lo de ideología, que menté antes, solo fue un desliz. Porque, No hay ideologías, es decir, ideas con una filosofía del estado o del gobierno en su traspatio. Nada de eso. Hoy, en Colombia, especialmente, solo existen INTERESES, creados, que defender. Y de eso se trata el asunto. Intereses creados, de grupos específicos de negocios o “ganancias que proteger.
Con Gustavo Petro, un “intruso en casa” las pasiones de un pueblo de emotivos solemnes, se exacerbaron, en especial en la ultraderecha, un glorioso conglomerado de elegidos, que recibieron, desde la colonia, el padrinazgo sobre la ignara indiada. Son los “criollos” selectos de hoy. Como dijo Galeano, “Vinieron. Ellos tenían la Biblia y nosotros teníamos la tierra. Y nos dijeron: 'Cierren los ojos y recen'. Y cuando abrimos los ojos, ellos tenían la tierra y nosotros teníamos la Biblia” hoy, todavía, tienen la tierra. Y hoy, por primera vez, en casi 250 años, un advenedizo mestizo, ocupa la cabecera de la mesa. Y, ellos, criollos de rancia raigambre, no admite invitados de segunda, léase: izquierdosos o progresistas que llaman, en los escenarios de poder, que consideran propios, por derecho propio. Una herencia sagrada.
Ya solo por eso, se justifica la manguala contra cualquier idea de cambio que salga, salga de su añejo hogar, la Casa de Nariño. Saben que Petro es decente y demócrata, “pero ese, NO es el tema, sumercé. No señor” Es simplemente, que Petro, no puede, no debe gobernar, como se lo mandaron, más de 11 millones de indios rencorosos, e igualados. Los elegidos, no pueden admitir eso. Son los dueños de la finca. Es por eso que van “todos a una, como en Fuente ovejuna” contra Petro y su presidencia. Es casi grotesco. Y, no es aquí, nada más. Es una absurda epidemia de orates de Derecha, que busca “salvar al mundo” hundiéndolo en el caos, sin fijarse en gastos pendejos: “sí toca, acabamos hasta con el nido de la perra, pero este país tenemos que arreglarlo” Son los Mesías de estos tiempos. Y es en todo el Mundo. Quieren salvar al mundo, con la misma receta con la que lo hundieron en la inequidad, y la desigualdad más infame, y causaron el desastre climático: el desarrollo a cualquier costo y caiga quien caiga. Y no importa qué o quién. Ya ni siquiera importan las instituciones que forman la estructura básica que los Estados, y que se crearon para hacer funcional su gestión y gestionar sus respectivas sociedades; igualmente, carentes de una idea o filosofía del Estado, atacan o pervierten las Organizaciones sociales y políticas que con distintos intereses y con cierta intermitencia azarosa y jugando al acierto-error, han logrado hacer que esos estados, funcionen hasta hoy. “Sí es el otro, no sirve” parece ser el mantra maligno de estos sesudos orates. Después de traernos hasta el desastre económico y social, aún se empeñan, tozudamente, en que cualquier cambio al statu quo es arriesgar el modelo construido por ellos. “Nada debe cambiar…todo debe seguir como lo hicimos” a pesar de sus protuberantes fallas sociales, y que existen otros posibles escenarios y actores con nuevas propuestas y oportunidades de mejorar los existente. Pero, “Sí es el otro, no sirve”. Ni siquiera la posibilidad de que muchos de los excluidos de hoy, accedan a mejores cosas, los conmueve, o los incita a la compasión con los más vulnerables. Y es un MAL del Mundo.
Algunos de los países desarrollados, del Norte, pasan dificultades parecidas y en ciertos casos, peores: pues a sus problemas económicos, sociales y de inflación, deben sumar hoy, las INVASIONES BARBARAS MODERNAS: unas hordas de desesperados del Sur, que buscan refugio contra la pobreza, en unas sociedades supuestamente ricas, pero con sus propios problemas y sus economías en declive. “Mal de muchos…” Las migraciones del sur están dislocando aún más a esas naciones del Norte, y contribuyendo a su desastre próximo: la saturación poblacional y el incontrolable desborde de su capacidad para gestionar a sus propios nacionales.
Para su mal, los países ricos, aún no se pellizcan, se hacen los locos. Por no condonar ni canjear sus enormes deuda por carbono, los altos intereses arruinan al Sur, y así se gestan las MAREADAS de inoportunos visitantes-inopes, los que, más pronto que tarde, llevarán al primer Mundo a ENTRAR en nuestro exclusivísimo Club tercermundista. El Norte-Europa, obtusos y cegatos, se niegan a ver, que mientras el Sur se desocupa y pierde valiosos brazos y cerebros, ELLOS, en sus todavía solventes sociedades, se saturan de extraños que desquician su sistema de vida. TODO POR UNOS DOLARES DE MAS, que sí lo piensan, entre más pobres seamos, más difícil les será cobrar. No tardará mucho el día, en que los inmigrantes de hoy, se trasteen con toda su familia y sus relacionados y amigos, convirtiéndose en mayoría, subsumiendo su cultura y alterando sus añejos valores. También la tienen difícil, yo diría, que mucho más.
Pero allá, al contrario que en Colombia, los pobres pueden ser la ruina de los ricos. Aquí la Derecha hirsuta, busca construir cada día, una sociedad más pobre…sin cavilar, que algún día la indiada se cansará de verlos comer caviar, mientras ellos comen mierda. Orates. No de otra manera se explica que opongan con tanta saña, a la posibilidad de hallar nuevos caminos para la sociedad colombiana, bajo gobierno progresista que respeta al Capital, y que, además, lo necesita para poder generar riquezas nuevas, pero mejor distribuidas, entre nuevas gentes…los de abajo.
La “oposición” a Petro, cegata y estúpida, pasa por alto, que sí persisten en hacer la vida imposible al gobierno del Cambio, sí no podemos cambiar algo de la inequidad y la desigualdad que nos maltratan como pueblo, será la violencia social, no un exguerrillero con talante demócrata, la que volcará la mesa… con todo los comensales a bordo. Este 8 de febrero, se servirá el aperitivo. Quiera Dios que no se desborde el orden y que recobremos la cordura, a todo nivel y en todas partes. Es un aviso. Que no sea “plomo lo que hay, plomo es lo que viene” como gritó cierto energúmeno que… Qué asco.
Señores opositores, no exageren la nota, Petro NO ES comunista, Colombia NO será una nueva Venezuela. No exageren. Otro absurdo de nuestra patria boba, es que, la oposición en Colombia, le tiene más miedo a la OVEJA que hoy nos gobierna, que al LOBO que están pariendo, en la periferia olvidada, de un país que pasa necesidades sin cuenta, en una país…de cuentos. Si no paran, ya su estúpida arrogancia, su criminal oposición al cambio, dándole una oportunidad al out sider bien intencionado que ganó a pulso el poder, estarán pavimentando un incierto camino hacia el desastre de toda Colombia: pues, manadas de lobos saldrán de sus cubiles, detrás de sangre noble. Y no es por alarmarlos…yo mismo tengo miedo terrible a que ocurra, mi hija es muy joven, y merece una oportunidad distinta a las que mi generación tuvo, ya que nacimos, crecimos y moriremos, en medio de violencias ajenas. Derechistas de todo pelambre, No aprieten más. Dejen gobernar. Hagan la pausa. Esperen, que, de pronto, a Gustavo Petro le va bien. Ya verán que todos ganamos. Y, si no es así, ya habrá tiempo para arreglar las cargas. Por favor, por los excluidos, por los más vulnerables, por un nuevo intento de mejores cosas, hagan una pausa, esperen. Dejen gobernar al presidente Gustavo Petro.
Una reflexión. Sí ustedes dejan gobernar, y Petro fracasa, sin sus ayuda, volverán al timón. Por ahora, NO contribuyan, con sus actitud irreflexiva, a más exclusión y miseria, alrededor de sus tentadoras fortunas. Hagan caso, Colombia los necesita, Petro los necesita. Sin el Capital no hay riqueza, y sin riqueza bien habida y generando empleo, solo tendremos más miseria. El país se desangra; La violencia arrecia; la miseria de muchos aumenta, en contraste con la riqueza de unos pocos que hoy, se niegan a nuevas opciones, a otras posibilidades de país. Una pregunta estúpida: sí ya son los dueños del 70% de Colombia, sí ya tienen poder económico y político, y sí su modelo gobierno se agotó, luego de treinta años… ¿qué les impide hacer la pausa, ¿qué evita que permitan a un disruptor, DEMÓCRATA PROBADO, que ensaye una nueva idea de gestión del Estado y la economía?
De Gustavo Petro, están probadas hasta la saciedad, su inteligencia y su honestidad política. TODO MUNDO SABE, que NO es Chaves, que NO es mesiánico ni tiene ínfulas de dictador, y que no se quedará un día más allá de su periodo constitucional. Y es claro, a menos que, obtusamente, no quieran verlo, que el país ha mejorado indicadores; que la Reforma Agraria, avanza a buen paso, sin expropiar a terratenientes; no ha coartado la libertad de prensa, pues solo responde a puyas con puyas, sin que ningún Medio esté en riesgo; los bienes quitados a las distintas MAFIAS, YA NO VUELVEN a esas misma mafia por interpuesta persona, ni SE VAN a corruptos bien conectados; el peso se aprecia; la inflación desciende (los especuladores, NO) hay nuevas áreas económicas en recuperación: más inversión extranjera; turismo, nacional-internacional en aumento; hay, afuera, un nuevo respeto por el presidente de Colombia, sí, por Gustavo Petro.
Y no es por rajar de nadie, que no es mi estilo, pero, desde que el consenso de Washington, nos marcó itinerario económico y un filosofía del desarrollo, en la que solo el capital privado es motor, el sistema financiero, el medio y la privatización de lo público, la única vía; solo unos pocos cuentas ganancia y utilidades.
César Gaviria, que un día fue Liberal, asumió como buena la idea y nos metió en la famosa
Apertura Económica, de gancho ciego, sin tener idea de lo que se nos venía pa’encima, entre otras cosas: la ruina del campo, debido a la inundación de bienes agrarios y agroindustriales subsidiados; la quiebra de nuestras principales empresas textiles, arrasadas por el implacable dumping de telas y confecciones de todos tipo, que llevaron a la quiebra a ese sector, uno de los mayore empleadores de las época; todo ello gracias a que desde Washington, dieron orden a los endeudados países del tercer Mundo: liberen su sistema comercial, lo que nos cogió en desventaja, preparados solo para importar y no para exportar; como país, traíamos un modelo de economía y de gestión de gobierno propios de nuestra tradición cultural, éramos dueños de un gran número de empresas esenciales a la sociedad post colonial que teníamos, pero la orden de privatizar las empresas estatales, que aquí acatamos a rajatabla, transfirió valiosos activos nacionales, a manos privadas locales y extranjeras, todas mal vendidas y de afán, a precio de gallina robada; fue así como de manera grosera y ruinosa descapitalizamos al Estado. El “vendedor del mes” fue el gobierno de Uribe. Otra orden, “Reducción de la intervención estatal en los mercados de capitales y en la economía en general, recortando el gasto en inversión” (Sachs, 1988: 77), léase, recorte del gasto social (subsidios) tampoco se discutió. Sin fondos públicos, hubo recorte en creación de empleo en la periferia a través de obras de infraestructura esencial locativa; mermaron las posibilidades regionales de actividad económica. Para documentarme un poco, busqué información sobre el llamado Consenso de Washington, y encontré un Decálogo, que me dejó, asustado. Es tan restrictivo de la independencia y libre determinación de los Pueblos que no sé cómo, los países pobres se tragaron ese sapo. Ahora sé, que, de verdad, hace treinta años aún estábamos en la Colonia. Con perdón de su autor, trascribo en vivo y en directo, algunas perlas de tan elocuentes muestras de colonialismo: disciplina fiscal, con 2% como déficit; muy consecuente con la eliminación del gasto social y la inversión pública, motor de la economía periférica; eliminación de subsidios, bajo la premisa de que no son necesarios, ni responsabilidad del Estado; ampliar la base gravable; vulgo, gravar bienes y servicios esenciales, sin importar nivel de ingresos o estrato; el IVA. X Ej. Liberar las tasas de interés; en otras palabras, permitir que el sistema financiero expoliara y secara la economía real, la creadora de empleo y riqueza marginal, vía salarios; Dejar flotar el Peso; es decir, amarrarlo a los vaivenes del dólar y las tasas internacionales, lo que aún, ocurre; abrirse al comercio exterior: la famosa Apertura Económica, que nos dio la bienvenida al futuro, y nos dañó la economía agraria y gran parte del pasado industrial. Abrirse a la inversión extranjera sin restricciones; lo que no es malo en sí mismo, si no fuera por los capitales golondrina especulativos o/y carroñeros = compradores de saldos, es decir, empresas públicas a precio de gallina robada; otro de los ítems, del decálogo, da instrucción en ese sentido; privatizar los activos públicos; por una supuesta mejor, más eficiente y más productiva administración, algo que excelentes empresas colombianas con Capital oficial, DESMIENTEN: Ecopetrol, ISA, EPM y otras, que se me escapan. Desregulación para atraer inversión empresarial-competencia. No estoy seguro que es exactamente, desregular en este contexto. Sí es quitarle regulación a la empresa para que juegue con las leyes laborales y maltrate al trabajador, o para que haga uso de gabelas impositivas, que la vuelvan competitiva en su mercado. Basta este mostrario de imposiciones, para darle algo de luz, al algo oscuro panorama económico de Colombia. Es claro que unas políticas estandarizadas, dictadas por agentes extranjeros como remedio milagroso para países con distintos problemas, no fueron un remedio, solo agudizaron la crisis. No pillaron, allá en Washington, las eminencias grises de la economía, que los países del tercer mundo, solo tenían algo en común: sus deudas inmensas. Mismas que ahora, 30
años después, vieron agotar el discurso y fracasar la formula. Hoy se ve el desastre.
Para finalizar, habría que decir que, como resultado final, hoy los países del Sur, son más pobres, que sus deudas son mayores; su capacidad de pago es proporcional a esa pobreza, pues debido a las exigencias de fondos para amortiguar deuda y pagar intereses, no cuentan con fondos locales para INVERTIR en su propio DESARROLLO. Por tanto, no pueden generar condiciones educativas ni laborales atractivas, para que sus nacionales, resuelvan con dignidad sus vidas. Así, el Sur pierde capacidad para retener los brazos y cerebros que serían, las herramientas naturales de su desarrollo. Ante la escasez de medios de vida en sus países de origen, buscan otro horizonte más prometedor, en los países del Norte, que más temprano que tarde, por esta migración caótica y masiva…dañaran, severamente, sus propios sistemas de vida, sus culturas. Como digo en otro texto, hoy son unos cuantos migrantes, mañana, cuando se lleven con ellos a familiares, vecinos y amigos…dejaran de ser una minoría. Dislocarán todo su sistema: político, social, económico y cultural. Quien tenga oídos para oír…
Volviendo al tema local…sí la Derecha sigue hostigando al presidente, no se extrañen que, entre el huracán de la rabia plebeya… vuelen los tejados de sus mansiones.
Cuando la indiada se empnoje, porque se busca ignorar su derecho a elegir, es decir, cuando vean que su activo más valioso EL VOTO, vale mierda, buscará, volver ídem, el cotarro.
Sí, es muy posible, que si la oposición no se modera…se rompan alguna cosas. Que rueden cabezas y fortunas. ¡qué peligro…para toda Colombia!
Ojo, señores, dejen gobernar. Esperen su turno de hacer las cosas a su modo. Ya llegará.