Este es el apartamento de Santiago, en Cali, quien resolvió hacer de su apartamento una Casa- Museo, una especie de catedral del grafiti. Un diseñador de interiores que decidió traerse el Street art ha su casa. Tiene un concepto más bien maximalista en contraposición a la estética minimalista; no deja un centímetro cuadrado de las paredes sin un dibujo.
Para empezar, la entrada engaña al visitante primerizo porque la aldaba en forma de un sobrio tigre, oculta un mundo que no se insinúa desde el exterior. El espacio está cubierto de ilustraciones, cuadros u objetos que representan algo de las experiencias y viajes de Santiago. Con decirles que una visita no es suficiente para terminar de apreciar la totalidad de esta obra de arte pues este apartamento no se queda quieto, no termina nunca, está en constante cambio.
Todo comenzó como un proyecto para la universidad y desde entonces ha mutado incontables veces y la idea es que lo siga haciendo por muchos años más. La primera etapa, que se suponía iba a ser una sola pared, terminó congregando a varios artistas locales y extranjeros para que le pintaran un cuarto entero. Juan Pablo Solarte, el Colectivo Guacala, Puro Amor y Pulpa fueron los primeros que se pusieron de acuerdo para pintar cada uno de ellos una pared… sin embargo ya sus obras se han extendido como una enredadera por toda la casa.
Solarte es un caleño que toda su vida se ha visto atraído por los cómics y es aquí en Cali un hito de la ilustración gráfica que ha sorprendido a muchos con la genialidad de su narizón personaje Jim Pixel.
El colectivo Guacala está conformado por Sebastián Sánchez y Andrés Bolaños quienes, como su nombre lo dice, se especializan en hacer los personajes más grotescos posibles, chorreantes de baba y moco, sacados algunos de las filias y fobias que ellos mismos tienen.
Paola López es Puro Amor quien desde el 2006 viene mostrándonos el poder de su imaginación con ilustraciones que muestran una perspectiva femenina del mundo y “la experiencia de lo sagrado y la naturaleza salvaje en el ser humano”.
Estuvo también presente un personaje que se hace llamar Pulpa quien desde 1999 viene maravillando a los que lo reconocen con ilustraciones que mezclan varias técnicas del Street Art y el grafiti.
La temática propuesta fue Alicia en El País de las Maravillas, en parte por los viajes que este libro sugiere, migraciones al interior de uno mismo, hacia la imaginación y al intelecto de cada quien, un libro que invita a preguntarse por la existencia y a imaginarse otros mundos. Para empezar, un dado decidió el que escogía la pared más visible. Desde ese momento se prolongó la primera sesión por dos días seguidos en donde se les suministró todo el material tanto para trabajar como para resistir tan arduo reto. Comida y pintura a veces saldaban la deuda del dibujo y hacían que el amor por el arte fuera en últimas el motor del pincel y el spray.
Luego se unieron Forest1982 quien ha cogido fuerza en Cali con su talento y concepto de diseño para la conservación, Neil, un grafitero venezolano especialista en tipografía y el colectivo Revel aficionados por los zombies y el Ultimate. Esto es para enumerar algunos de los varios artistas que han sido parte de este proyecto que aún sigue evolucionando, que pareciera que se mantiene estático pero está en constante movimiento.
Con la llegada de más y más apasionados por el dibujo se hizo necesario ensanchar linderos. Salir del cuarto. La decisión fue un tanto difícil; empezaron por los objetos: el calentador, los inodoros, las alacenas, una mesa por aquí, una lámpara por allá. Los inodoros fueron un ítem bastante curioso y original al que cada artista animó, dio vida y personalidad. Y esto recoge el espíritu de este apartamento: un constante juego entre el que llega a descubrir por primera vez y los incontables misterios que encierra el lugar. Se descuelga un cuadro y aparece un grafiti o una ilustración, abrir el baño implica ver un comic circular de Jim Pixel y además apreciar un monstruo dispuesto a comer tus desechos o un cómodo trono que ya tiene dueño. Cuadros detrás de cuadros, objetos escondidos, dibujos pequeños y grandes, unos que brillan en la oscuridad, que cuentan una historia, y que te mantienen enganchado por horas sin tregua.
Y por último la puerta de la mazmorra que está dibujada en la salida, te invita a pensar en que tu casa, lo que se conoce e identifica como de uno, también puede terminar por encerrarte y aislarte. Poseyéndote y haciéndote esclavo de si mismo. Pero podría decirse que en este caso en particular esa puerta significa que ya no hay salida, que este es un proyecto que no tiene fin y que seguirá creciendo; que al igual que en las calles en donde cada pared blanca es una invitación para que exploten en ella colores, formas y figuras, mensajes y pensamientos, aquí adentro tampoco hay de dónde asir la freidora, no hay vuelta atrás.