Mientras el 2 de junio la señora María Fernanda Cabal se iba con el equipo del Centro Democrático en una ronda diplomática a hablar con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), se le olvidaron a ella y al equipo de partido y publicitario de la revista Semana las críticas que ya habían empezado a hacerle a la comisión solo por no seguirles la corriente y continuar con el discurso autorizado por ellos. Esta no es la primera vez que el partido político y sus afines, que parecen cada vez un grupo sectario, venden la idea de que quien no les sigue la corriente es un “castrochavista” de izquierda influenciado por el comunismo.
Así volvió a suceder cuando la señora María Fernanda Cabal se refirió en sus redes sociales sobre el Colegio Claretiano diciendo: “Los sacerdotes comunistas de la teología de la liberación son jesuitas, claretianos y redentoristas (…) Curas malévolos que enaltecen la violencia como forma de lucha”, debido a que la institución educativa religiosa ubicada en la localidad de Bosa había prestado sus instalaciones para un encuentro comunitario en el que se reunieron jóvenes participantes de las manifestaciones y diferentes colectivos sociales.
El señalamiento a la comunidad claretiana como un colectivo “castrochavista” se ha implementado luego de que el pasado 4 de mayo a altas horas de la noche el Colegio Claretiano de Bosa fue utilizado sin autorización como base de aterrizaje de un helicóptero policial para reabastecer a policías y agentes del Esmad y que luego se justificó, por parte de la alcaldesa Claudia López, como un aterrizaje de emergencia que pretendía recoger agentes heridos, explicación que, gracias a la evidencia de la comunidad que atónita veía como la institución se convertía en una base aérea, demostró que no se trataba de una emergencia de salud como se quería hacer creer, hecho que se repitió en una instalación educativa del Sena en Buga y en diferentes portales de transporte de TransMilenio.
Los directivos de la institución, respaldados por su comunidad a nivel nacional e internacional, denunciaron públicamente su rechazo a este hecho, pues las instituciones educativas no deben ser utilizadas con este propósito, a modo de contestación y con el fin de cumplir con su verdadero objetivo en la institución se llevan a cabo asambleas en las que jóvenes, niños, ancianos, indígenas, personas de la prensa independiente, defensores de derechos humanos y quienes se quieran unir a dialogar puedan escuchar, quejas vivencias y propuestas para construir una sana convivencia en la sociedad, sin embargo este tipo de asambleas fueron las causantes del ataque a la comunidad en Twitter por parte de la senadora Cabal el 14 de junio.
Así por medio del arte, estudiantes, docentes y jóvenes de diferentes colectivos rechazan estos señalamientos, pues desde sus inicios estas comunidades religiosas han apoyado la construcción social y política por medio del diálogo y de la educación, no señalando al otro sino comprendiéndolo. Este discurso en el que quienes no piensan como yo son “malévolos”, izquierdista” o “enaltecedores de violencia” es peligroso, pues se generan miedos y odios que entorpecen la construcción de país y de respeto por la diferencia los cuales son pilares fundamentales para la democracia.
