Hace unos días se celebraron doscientos once años de la supuesta independencia de nuestra nación. Aunque no soy historiador ni conocedor en profundidad de aquellos acontecimientos que se dieron durante esas calendas, siempre me he preguntado: ¿independencia de qué?, ¿de quién o quiénes? Pues, según lo que yo observo, puedo decir que no nos hemos independizado jamás de ninguna potencia. Hemos ido de unas manos a otras. Nuestra nación es una veleta, por no emplear un término peyorativo que provoque susceptibilidades nacionalistas. Sus gobiernos se han prestado para el vasallaje y su expoliación.
Ese cuento de que nos quitaron el yugo español y de que los criollos, ilustres pensadores y ecuánimes líderes, lucharon para liberarnos y ser soberanos no se lo cree nadie con criterio racional. Hemos sido dependiente como pueblo; hasta hemos dejado de ser nación soberana, si no me cree analice la realidad actual. ¿Dónde está la soberanía de un país que deja que su suelo y subsuelo sean usufructuados por extranjeros recibiendo solo migajas?, ¿dónde está la soberanía cuando un alto porcentaje de los productos que se consumen provienen de importaciones que lesionan a nuestra grande, mediana y pequeña industria?, ¿dónde queda la soberanía cuando la gran mayoría de los productos agrícolas son importados, haciendo que nuestros campesinos caigan cada vez más en la pobreza?, ¿dónde está la soberanía que permite a través de tratados de libre comercio el deterioro de la economía nacional, beneficiando únicamente a unos cuantos potentados?, ¿a cuál soberanía hacen mención cuando a través de impuestos leoninos cada vez la banca se apodera del dinero de la clase trabajadora colombiana? No, así no se puede aceptar una independencia.
El año pasado en un periódico de este país se leía lo siguiente: “Desde casa, usted podrá ver la conmemoración que tiene como finalidad recordar la valentía, fortaleza y empuje de nuestros próceres y héroes del pasado y del presente, y de quienes han marcado un camino a la libertad y a la victoria". Ese mensaje aparecía en la invitación hecha por los organizadores del desfile, pero me pregunto: ¿cuál camino a la libertad y a la victoria?
¿Fueron qué militares, qué héroes y qué próceres los que demostraron valentía en ese desangre? ¿ A quiénes y de quiénes nos liberaron? Algunos dirán que del yugo español que mancilló y degradó a hombres y mujeres de estas tierras para que gobiernos criollos se apoderaran del poder y nos hicieran más autónomos y soberanos. Pero no, nos liberaron para seguir en manos de otros que durante más de doscientos años han depredado y chupado nuestras riquezas con la anuencia de una dirigencia estúpida, apátrida y adormecida por la corrupción y la falta de valentía para defender lo nuestro. Y para colmo de males, otros cual cajas de resonancia aplauden y señalan a quienes intentan liberarse de la opresión y el desgobierno. La estigmatización ha sido la constante, porque se piensa diferente. No se vive en la civilidad, sino en la barbarie por no aceptar la diversidad de pensamiento y cosmovisiones.
Decía el historiador Marcos González, agregando a lo que se viene diciendo de esta conmemoración: "No se sabe qué se conmemora". "No son fiestas asumidas socialmente porque el referente aprobado está desviado: al principio se celebraba con una virgen, luego fue la fiesta de la bandera y ahora, hace 50 años, es la celebración del ejército". Sí, así es y así se ha introyectado en el imaginario colectivo, olvidando algunos hechos trascendentes que marcaron el hito histórico, pero que no se quieren reconocer, tales como: el papel que jugaron hombres y mujeres del pueblo que ofrendaron sus vidas, pero que no eran hijos de gentes prestantes. Es decir, esa historia se ha visto desde la óptica de quienes quieren seguir engañando a un pueblo ignorante que no lee ni reflexiona, sino que acepta su minoría de edad.
En el mismo periódico el historiador expresa: "No solo se peleó porque había una voluntad de liberarse de la Corona, sino porque se buscaba una igualdad de derechos entre los ciudadanos". Entonces, ¿dónde está esa igualdad de derecho del pueblo? No se precipiten, aún se busca, no obstante la opresión, la persecución y el abandono de un pueblo adormecido que está despertando para liberarse y luchar por su soberanía. Un pueblo que busca tener unos gobernantes con talante para sacar adelante las potencialidades de hombres y mujeres de esta nación colombiana. Gobernantes que empujen el desarrollo y el progreso de nuestra nación, que comprendan que cada uno de nosotros, sin distingo de raza, religión, color político y sexo pueda aportar y decir que somos una nación soberana que decide libremente por ella y para ella. Cuando eso suceda, si podremos decir que el día D se celebra la independencia de un país como Colombia.