Cuando la corrupción pierde su carga negativa, encuentra defensores

Cuando la corrupción pierde su carga negativa, encuentra defensores

El caso de Ana Bolena García y Carlos Enrique Pito Polanco, que en su momento sorprendió al Cauca, puede considerarse un ejemplo clásico de “posverdad”

Por: Alfonso Luna
septiembre 18, 2017
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Cuando la corrupción pierde su carga negativa, encuentra defensores

Con la campaña política que ya comenzamos a soportar hasta mediados del año entrante, se desató desde Bogotá hacia el departamento del Cauca una perversa avalancha de información supuestamente judicial que es manipulada a través de reconocidos medios de comunicación nacionales para que produzca efectos electorales en los desprevenidos e ignorantes votantes que lo habitamos, según ha de suponer aquel cerebro que desde soterradas sombras capitalinas tiene calculado volver a este, su potrero. Y de paso, tratar de influenciar decisiones jurídicas, engañando, despistando y manoseando fiscales y entes jurídicos encargados de hacer investigaciones que debieran ser independientes de las aspiraciones electoreras.

El escándalo de la corrupción incesante que se detectó en Indeportes Cauca entre el 2012 y el 2015 cayó como anillo al dedo a una tramposa aspiración rolo-caucana, para quien, en su oportunismo, la corrupción perdió su carga negativa, mostrando especial amistad y solidaridad con los corruptos para asesorarlos y tratar de “ayudarles” para que no sean ellos quienes paguen por sus crímenes, sino intentando que sean sus posibles competidores electorales. Para eso ha demostrado cierto dominio que le permite manipular medios de comunicación, periodistas y algunas instancias de poder capitalino.

Conozco hace rato a los esposos Ana Bolena García Ricardo y Carlos Enrique Pito Polanco, porque después de que ella coronó exitosamente su carrera deportiva y el exescolta se volvió periodista, se trazaron como proyecto de vida la “toma” de Indeportes Cauca como máximo trofeo a sus audacias.

Fue un plan diseñado con perseverancia, con suficiente anticipación. Primero, se creyeron que por haber participado en las elecciones del 2007 que llevaron a Guillermo Alberto González Mosquera a la Gobernación, debía nombrar a Ana Bolena como gerente de Indeportes. No ocurrió así. Fue designado Miguel Eduardo Muñoz Guevara; a quien, en consecuencia, lo convirtieron en su enemigo, padeciendo una guerra sin cuartel de desprestigio por parte del dúo Pito-García con la intención de bloquearlo o sacarlo del cargo. No lo lograron, pero tampoco desistieron.

Cuando Muñoz Guevara renunció por aspiraciones políticas, se convencieron de que les había llegado la hora de posesionarse de Indeportes Cauca porque llevaban ya varios años suplicando. Nueva frustración, el plan quedó aplazado. Guillermo Alberto nombró a Norfalia Carabalí Villegas. Se desató una persecución contra la connotada deportista porque no podían concebir el “error” de González Mosquera de haber nombrado en ese cargo a una negra sin experiencia administrativa, y fuera de eso, del norte del Cauca. Para los Pito-García, algo inaceptable estando ellos disponibles en Popayán; no pudieron asimilarlo pero insistían en su preconcebido proyecto, descalificando a diario la gestión de Norfalia, través de los medios de su propiedad, Notivisión.

Al fin, tras una intensa campaña política en el año 2011 en favor del candidato Temístocles Ortega Narváez, lograron su cometido. Ana Bolena se posesionó como gerente de Indeportes en enero de 2012. Entonces, comenzó el “desquite”, que culminó cuatro años después con el escándalo de corrupción más grande que ha tenido el Cauca, junto al ya olvidado caso de Probolsa.

Probolsa

A propósito del robo de recursos de los caucanos, hay que recordar los hechos que ocurrieron en el 2008, cuando la Gobernación transfirió irregularmente 16 mil millones de pesos a Probolsa S.A. De ellos retornaron a la Gobernación 5 mil millones y un título TES que se hizo efectivo en el mes de noviembre del año 2014. Se robaron 9 mil 419 millones 343 mil pesos, según la Fiscalía.

El gobernador Guillermo Alberto González, exministro y exembajador, fue declarado responsable en mayo del 2009. Le imputaron la destitución de su cargo y la inhabilitación por 12 años para ocupar cargos públicos. Pero luego dicha decisión fue revocada en segunda instancia por el mismo Ministerio Público.

Sin embargo, en septiembre de 2016, un juez penal aprobó un preacuerdo celebrado entre la Fiscalía y María Elena Ramírez Rengifo, extesorera de González Mosquera, y la condenó a 48 meses de prisión por el delito de peculado culposo, otorgándole la suspensión condicional de ejecución de la pena. Le ordenó, además, el pago de una multa de 50 salarios mínimos legales mensuales vigentes, y la inhabilitó para ejercer cargos públicos por el mismo tiempo de la pena principal.

En el acuerdo, Ramírez Rengifo se comprometió a ser testigo en el proceso que por los mismos hechos adelanta la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia contra el exgobernador González Mosquera, y en el Juzgado Tercero Penal del Circuito de Popayán contra Héctor Jairo Bonilla, reo ausente, representante legal de la empresa Probolsa S.A. No se sabe en qué va esta cosa… esa es la estrategia, el olvido.

Indeportes Cauca

Pero el caso Pito-García ha sido más espectacular porque para burlar a la justicia han tenido éxito prácticas de comunicación engañosas con la frecuencia e intensidad necesarias para despertar emociones y temores fuertes entre protagonistas, incluidos los operadores judiciales y la opinión pública, aunque el detrimento patrimonial causado aún no se ha establecido en su totalidad, pues solo se están defendiendo del que se puso en evidencia ya al final, apenas 458 millones de pesos que se perdieron en un solo contrato de junio de 2015. Pero les investigan más de 60 contratos en la ejecución de unos 20.000 millones de pesos durante los cuatro años.

El escándalo no comenzó en la campaña del 2015, cuando al fin volvió a ganar el Partido Liberal con el ingeniero Campo Hurtado, como hoy afirman para enredar, contrariamente, fue cuando terminaron sus andanzas. Fue con la apropiación de recursos desde el año 2012 con los Juegos Deportivos Nacionales, de los que fue sede Popayán, con la denunciada petición de dinero a ciertos contratistas por sumas importantes o porcentajes de participación, con el argumento de que tenían que cubrir gastos del evento, que nunca legalizaron. Continuó cuando la Contraloría General del Cauca presentó el Informe Final de Auditoría Vigencias 2013 y 2014 de Indeportes Cauca y de las demás denuncias, algunas anónimas, que se interpusieron desde la vigencia del 2012. En su momento, Ana Bolena calificó de “temerarias acusaciones” los hallazgos de la Contraloría General del Cauca. La Contraloría respondió: “el hallazgo administrativo o disciplinario se mantiene”, es decir, las respuestas y soportes nunca desvirtuaron los cargos acumulados.

Lo confirmó el propio Carlos Pito cuando le expresó a El Nuevo Liberal que las investigaciones contra su esposa vienen desde marzo de 2012, tres meses después de que ella se posesionara como gerente de Indeportes; pero que tan solo en este año encontraron una presunta irregularidad con el convenio 086 de 2015.

Lo cierto es que hoy la Contraloría General del Cauca y la Fiscalía General de la Nación no han terminado de investigar denuncias por presuntos contratos irregulares con el medio de comunicación Notivisión, que pertenece al grupo familiar de Ana Bolena. Tampoco se han entregado resultados sobre las irregularidades en el direccionamiento de recursos, favorecimiento de proveedores, sobrecosto en adquisiciones, compras al negocio de su propiedad familiar, suscripción de contratos de suministro y de prestación de servicios sin el lleno de requisitos legales, presuntas irregularidades relacionadas con el incumplimiento por parte de los municipios en la formulación de los Planes Decenales Indicativos para el desarrollo del deportes, la recreación y la actividad física, generando una posible destinación distinta de los recursos dirigidos a formular dichos planes.

Además, se ha denunciado que para la práctica del golf de sus hijos, la familia Pito García realizaba giras nacionales e internacionales, en la mayoría de eventos acompañada de fisioterapeuta, sicólogo y entrenador, utilizando los recursos públicos.

Mención aparte ha merecido la Liga de Actividades Subacuáticas, que hasta inicios del 2012 la conformaban Carlos Pito, como presidente; Oscar García, padre de Ana Bolena, como tesorero, y tres personas más. Cuando Ana Bolena asumió la gerencia de Indeportes Cauca, en el mes de Marzo de 2012 se cambió la junta directiva y nombraron al comunicador Feibir Beltrán Luna como presidente de la Liga, y según el conocimiento de muchas personas en el medio deportivo, él no actuaba, por cuanto la gerente de Indeportes siguió manejando esta Liga, con la que Indeportes tenía jugosos convenios y según estimativos se le giraron cerca de $900 millones, mientras a otras Ligas se les apoyó con cifras irrisorias para sus actividades. De esta Liga también formaron parte Fernando Rojas y Juan Diego Oviedo, de acuerdo con resoluciones que sobre personerías jurídicas expide la Secretaria de Gobierno Departamental, ambos periodistas pertenecen al equipo de Notivisión. Sobre todo esto las comunidades aún exigen los pronunciamientos fiscales, penales y disciplinarios que sean del caso.

También aparecen contratos de prestación de servicios en Indeportes con la señora Carolina Garzón, la niñera de los hijos de la gerente, que fue llevada a cumplir funciones administrativas en la entidad, y al no tener experiencia laboral, a su hoja de vida se aportó una constancia laboral de Notivisión. Igualmente, Indeportes contrató como “monitor de deportes” al señor Eugenio Sánchez, quien atendía el establecimiento familiar de comercio.

Igualmente, se deben investigar e informar, no dejándose confundir los investigadores por presiones del reconocido político rolo-caucano, o por los oportunismos de corrupción en las altas esferas de la justicia para justificarse, los contratos por 4.000 millones aproximadamente, con un mismo o similar objeto, con fundaciones como Fundamultimarket, Integración del Norte, País Futuro, Profesionales para el Desarrollo Social del Cauca, Fundar, entre otras, para que al final le cuenten al país lo que encontraron.

En este contexto, los delitos que le imputaron a Ana Bolena García Ricardo, por los cuales fue capturada el primero de junio de 2016, eran celebración de contratos sin cumplimiento de los requisitos legales, peculado por apropiación, falsedad en documento privado y concierto para delinquir agravados. Ahora simplemente se habla en Bogotá que la funcionaria fue detenida por haber invertido recursos públicos en una campaña política. Han logrado avanzar en la desviación de las investigaciones. Ana Bolena el pasado mes de julio obtuvo libertad condicional por vencimiento de términos.

La justicia mediática

Repito, la estrategia es confundir todo, de manera oportunista, con los escándalos de corrupción en las altas Cortes y en la Fiscalía General de la Nación para que en ese caos se facilite el olvido de cuáles eran los verdaderos delitos, sus auténticos autores, y en qué época fue que se cometieron y lograr represar las investigaciones o el archivo de los procesos de Indeportes Cauca.

Han logrado avanzar en la desviación de las investigaciones que ahora se entintó con aspiraciones políticas. Y metieron en la misma bolsa a exmagistrados, al innombrable corrupto mayor de la Fiscalía, a personajes que intervinieron en la campaña política de Oscar Campo, al mismo gobernador, utilizaron a Caracol, El Tiempo y Semana, creo que van por El Espectador, etc. Y los criminales, por fuera, criticando o envileciendo a todo el que se atraviese a pedir verdadera justicia con prontitud.

Entonces, asombra cómo la manipulación de medios de comunicación del orden nacional ha resultado efectiva para alterar los conceptos de la gente de tal manera que lo que inicialmente fue un reproche a la corrupción en Indeportes Cauca, como ocurrió de manera masiva en el Cauca en los cuatro años de gestión Pito-García, hoy se presenten como víctimas de una campaña política y con un solo contrato irregular.

Es más, pendientes de si se traga el anzuelo la Fiscalía, los del desfalco a las comunidades caucanas ahora aparentan una actitud de superioridad moral para que digan que sus fines eran altamente éticos, por lo que podían hacer cualquier cosa. ¡Qué locura! Gracias a la manipulación de medios y periodistas, ahora los presuntos criminales se presentan moralmente superiores a las autoridades y comunidades a las que tanto daño hicieron.

La estrategia entonces ha sido utilizar una especie de justicia paralela, el juicio mediático paralelo, que condene o absuelva previamente aunque carezca por su misma naturaleza del carácter probatorio que le imprime la valoración judicial. Es decir, intentan que los medios de comunicación y los periodistas entren a actuar para que la Justicia real decida como si esta fuera un eco de aquellos, y aún más grave, al ritmo del proceso electoral en marcha.

Para rematar la estrategia, Ana Bolena García, sin pruebas jurídicamente válidas, según se presume, radicó en el despacho del fiscal Néstor Humberto Martínez otra demanda penal en contra del exfiscal Luis Gustavo Moreno y del exmagistrado Leonidas Bustos, integrantes de la mafia de la justicia del más alto nivel, en la que advierte las presuntas irregularidades que se presentaron en su caso y la posible ayuda de Bustos y Moreno a favor de Temístocles Ortega para que se mantuviera engavetado el proceso.

La Fiscalía General de la Nación tiene todos los elementos probatorios para demostrar que absolutamente nada tenía que ver la mafia de la corrupción montada en las altas cortes y en la misma Fiscalía en Bogotá, con la que operaba en Indeportes Cauca desde más de cuatro años antes en Popayán, pero fue la inesperada oportunidad utilizada para tratar de mezclar ante la opinión pública las investigaciones en esta entidad con el tsunami que tiene temblando a la Justicia colombiana.

En consecuencia, el caso Pito-García puede considerarse un ejemplo clásico de “posverdad” en el cual “ese valor omnímodo que era la verdad, deja de tener un carácter superior para volverse prescindible, relativo, incidental, y la mentira pierde toda su carga negativa” para, a través de los medios de comunicación, producir juicios no basados en la moral, en los datos comprobables o en la ley, sino en la necesidad de un político que busca otra oportunidad, con lo cual todo se disculpa, se justifica, se atenúa y se pasa por alto.

Gracias por llegar hasta aquí, la primera parte de este informe, con la promesa que para el segundo trataré de ser más concreto y preciso. Este es un asunto de especial importancia para el departamento del Cauca, pero especialmente para la colectividad deportiva de toda Colombia.

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