Para bien sus padres le dieron la herencia musical, ambos eran artistas de alto nivel. Su papá José Sosa fue un famoso tenor y su madre era la concertista Margarita Ortiz. Allí inició su escuela con una tendencia marcada hacia la música culta. Más adelante migraría a la balada pop.
Su nombre original era José Rómulo Sosa. Su vida se vio seriamente marcada por la muerte de su padre por cuenta del alcoholismo. Aquí llegó la mala influencia paternal. Muy joven cayó en las fauces del licor llevando una vida bohemia que minó precozmente su salud. Se sometió a procesos de rehabilitación y recayó tres veces de manera evidente. Aquí se puede escuchar un resumen completo de su historia musical https://soundcloud.com/fabio-ar-valo/jose-jose-su-historia-musical
De sus dos primeras recaídas salió bastante bien librado, pero ya para fines de los 90 posterior a su tercer bache alcohólico y de drogas, sale muy maltrecho. Llegan los 2000 y ya tiene evidentes deficiencias físicas, con un enorme daño de órganos blanco como el hígado y el páncreas que se afectan directamente en la adicción alcohólica. Su voz pierde tono y color. Su hija menor Sarita crece y le da aliciente para cantar.
Pero ya es notorio que no es el mismo de antes y que tiene importantes limitaciones. Sarita lo motiva con su fina voz, pero le gusta la música moderna inclinándose por un reguetón ‘loft’. Ante sus dificultades de recuperar su original voz, José José, se ve obligado a grabar acompañando a Sarita ya que no haría tanto esfuerzo y con una voz sin exigencias.
De ello salió una fantástica historia contemporánea a ritmo de reguetón, incluida en el álbum “Mis duetos”: 'E-mail me'. Disfruten una atípica presentación reguetonera de “El príncipe de la canción”: https://www.youtube.com/watch?v=3UBOpOVYNQY
Pero el alcoholismo y las drogas le pasaron una dura factura. En los últimos años se le diagnosticó un cáncer de páncreas, el cual poco a poco lo llevó a un deterioro completo. Finalmente, el pasado 28 de septiembre fallece a los 71 años por una falla multisistémica producto del cáncer que lo afectaba. Su legado es grande, por ello en el 2005 quedó marcado con una estrella en el “Paseo de la fama” de Hollywood. Allí solo caben los mejores.