La primera vez que Gerly Hassam Gómez fue a Sábados Felices en julio del 2003 era un profesor de inglés de 26 años que aún vivía cerca al barrio del sur de Bogotá donde nació. Había estudiado Lenguas Modernas en la Universidad Distrital pero lo que en realidad le apasionaba era la actuación. Se acababa de graduar de la Esab y había fundado un grupo de teatro experimental que se llamaba Nuevo Pregón. Cuando se subió al escenario vio que todo lo que le decían sus amigos era cierto: sabía hacer reir. Esa noche se ganó 500 mil pesos, un poquito más de lo que ganaba al mes por hacer un trabajo que en realidad no disfrutaba. Desde esa noche se dedicó en cuerpo y alma y con la disciplina de un estoico a ser uno de los mejores comediantes de Colombia.
Al principio eran tan pobres y tantos en su casa que tenía que dormir, junto a sus cuatro hermanos, en dos colchones vetustos. En la Pedagógica fue actor del grupo de teatro. El profesor de esa época le dijo, al ver la habilidad que tenía de hacer reír, que se dedicara a ser payaso. A Hassam no le molestó, probó suerte y triunfó.
En Sábados Felices desde la época de Jeringa no se veía un fenómeno como el suyo. Arrasó con todos los premios y al final, al declararlo en el 2008 como fuera de concurso, lo incorporaron al equipo de trabajo del canal. Su personaje de Rogelio Patakiva marcó una época. Hassam dejaría de ser pobre y se convertiría en una de las caras mas conocidas de la televisión nacional. Por esa época se casó con Tatiana Gonzalez con quien tuvo dos hijas: Marianita y Juanita.
No todo ha sido chiste para Hassam. A comienzos del 2016 vivió el momento más oscuro de su vida. Después de las revelaciones del Capitán Anyelo Palacio en donde desentrañaba una red que traficaba con favores sexuales a cambios de ascenso y otras prebendas dentro de la instititución, estallaba el escándalo de la Comunidad del Anillo. Durante un par de meses en el país no se hablaba de otra cosa. Hassam, como tantos otros comediantes, no paró de hacer chistes al respecto. Nunca pensó en lo que vendría después: en menos de un mes, recibió más de 50 amenazas de muerte. Nunca tembló ni pensó en retirarse. Hassam ni siquiera pidió esquema de seguridad. Tan solo lo dejó ser. Y fue
En julio de este año terminó su relación con Caracol. Desde 2009 era el coordinador de las audiciones y rutinas de Sabados Felices. Le enfureció que el Canal se tomara el atrevimiento de hacer audiciones sin su consentimiento. Desde su red social escribió “Entiendo que todo proceso tiene su fin y como no se me permitió comunicarme en una reunión previa o algo similar, lo hago por este medio”
Hassam ya no tenía miedo. Sabía que venía algo grande. Por eso le puso todo su empeño a su nueva película, Agente Ñero Ñero 7, una producción que en las poco menos de tres semanas que lleva en cartelera está arrasando. La han ido a ver nada menos que 300 mil personas, un número al que solo pueden llegar en el país producciones como las de Dago García o las de Rápido y furioso. Lo impresionante es que no sólo cosecha buenas noticias en la taquilla. La crítica la ha tratado inesperadamente bien. Hassam, a sus 40 años, se consolida como uno de los grandes genios de la comedia colombiana.