A sus 72 años el doctor Gilberto Tobón es un tuitero mayor y un destacado opositor. Sus principales dardos son dirigidos a Duque, Fajardo y la clase política tradicional. Sus trinos y análisis despiertan efervescencia entre sus seguidores, en su gran mayoría, jóvenes cercanos al petrismo.
Por eso, su fichaje como candidato al Senado por la coalición del Pacto Histórico suscitó múltiples reacciones, al punto de que Petro y Bolívar corrieron a abrirle un espacio en la lectura dominical de sus columnas. Fue la vitrina para anunciar sus propuestas y revalidar su perfil como un opositor mayor.
Sin embargo, al profesor Tobón ni se le pasó por la cabeza recordar los días donde era un duro opositor a Petro, no solo en lo político, sino en lo personal. En 2017, en una emisión del programa que lo lanzó a la fama, Nos Cogió la Noche, lo tildó de odioso, arrogante, fantoche, soberbio y no dudo en calificarlo como un pésimo administrador y estandarte del "castrochavismo" (¿En serio un hombre de sus capacidades creía en semejante tontería?).
En pocos meses quien se define en Twitter como un “ciudadano indignado” cambió radicalmente de opinión y se convirtió en el referente del petrismo en Antioquia. El mismo Petro lo invitó a aspirar a la gobernación en 2019, respaldó a Daniel Quintero (con quien luego rompió tras mi reclamo a su silencio sobre las irregularidades que se venían presentando en la alcaldía en una nota ciudadana en este portal) y ahora postula su nombre al Senado, con un programa idéntico al que presentó la Colombia Humana en 2018 y el cual Tobón calificó en su momento de “fraude”.
Aunque me puedan lapidar en redes, la verdad es que no me gusta es estilo o los análisis de Tobón. Su perfil es el de un opositor sistemático, superficial, desinformado y bastante agresivo. Raya en el insulto y la confrontación, tal vez por eso los 140 caracteres de Twitter le son tan estratégicos. Sus trinos son dardos envenenados que no ofrecen análisis rigurosos o propuestas concretas. A Tobón poco o nada le gusta y su tono arrogante encubre la pobreza de muchas de sus opiniones. Solo hay que escuchar sus conferencias y entrevistas, siempre dice lo mismo y propone poco.
Ojalá sí pueda llegar al Senado para que pueda ser más propositivo y no quedarse solo en la crítica insultante. Por el momento, hay que valorar la forma como cambio de opinión sobre Petro y su Bogotá Humana. Aunque no dudo que más adelante, cuando se le acabe la luna de miel con el petrismo, vuelva a arreciar en sus críticas. Al fin de cuentas, Tobón es opositor nato.