Durante los años posteriores a la muerte de Gonzalo Rodríguez Gacha, el mito de que el “Mexicano” había metido en sus negocios ilegales al club embajador se hizo más y más fuerte entre los amantes del fútbol colombiano. Sin embargo, no fue hasta 2012 cuando el presidente del equipo, Felipe Gaitán, confirmó la influencia que el capo tuvo en el equipo durante los años 80.
La historia inició a principios de dicha década, cuando el narcotraficante, amante de Millonarios, decidió comprar las acciones del club junto a Élmer Tamayo y Guillermo Gómez Melgarejo. En 1982 se convirtieron en los mayores accionistas, y con la promesa de sacar a Millonarios de la crisis que tenía, empezaron a inyectarle dinero. Su objetivo, ganar la liga nacional y posteriormente la Libertadores.
Primero, el “Mexicano” dio 250 millones de pesos para cancelar deudas, y luego empezó a traer jugadores extranjeros a punta de dinero ilegal. Llenó de argentinos al club embajador con los fichajes de Juan Funes, Mario Vanemerak o Pedro Vivalda, y trajo al equipo a la leyenda colombiana Arnoldo Iguarán.
El delantero recuerda como el capo invitaba a algunos jugadores a su finca en Pacho, Cundinamarca, y los ponía a jugar contra sus guardaespaldas y sicarios. Él mismo se ponía a jugar con el cintillo de capitán y sin camisa, prometiéndoles viajes y mujeres si lograban quedar campeones en la liga nacional.
La superintendencia puso el ojo en Millonarios, pero lo único que hizo fue multarlo por sacar dólares del país sin permiso del Banco de la República. Mientras tanto, el embajador empezó a ganarlo todo y se convirtió en uno de los mejores equipos del país. En el 84 quedó subcampeón, y en el 87 y 88 logró alzarse con dos estrellas consiguiendo una racha de 26 partidos invictos.
Sin embargo, el objetivo principal de Gacha jamás se volvió realidad, el “ballet azul” nunca pudo ganar una copa libertadores, y cuando tenía todo para hacerlo se le puso en frente atletico nacional, equipo que lo eliminó en un partido dudoso y que dio inicio al clásico del fútbol colombiano.
En 1989, Gonzalo Rodriguez Gacha fue abatido por la autoridades colombianas, y el negocio del fútbol quedó bajo el control de su mujer, que vendió sus acciones en el año 2001 borrando todo rastro de relación entre el capó y Millonarios.
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