Un cuarto de siglo ya cumplió Pies Descalzos. Todo estamos muy viejos. Antes de Shakira no estábamos acostumbrados al éxito mundial. Cuando salió el video de Estoy aquí en MTV disimulamos la emoción. Los tipos duros no podían reconocer que escuchaban Pies descalzos, sin embargo el tiempo pasó y, como es un juez implacable, ha dictaminado que es una obra maestra. Ahí sigue, imperturbable a los años, ganando prestigio.
Los hemos visto en las tomatas de siempre. Arrancan con su Metallica, con Black Sabath y, cuando la botella se extingue, ponen un concierto de París y se ponen a llorar mientras suena esa balada que es una caricia, esa canción de amor que tiene la importancia de Cien años de soledad, de las jugadas de James Rodríguez.
Igual ya muchos reconocen la importancia del álbum, un clásico absoluto del rock latinoamericano y, cuando se disipa el alcohol de sus cuerpos, dirán que es un álbum convencional, que a ellos esas baladitas no los conmueven. No se dan cuenta que ese álbum, que en su momento tanto lo despreciaron, se les metió en la sangre, como los bambucos, los pasillos, música hecha en Colombia y de primer nivel. Dios, es inevitable no querer a Shakira. Por eso todos nos arrodillamos ante ella.
Shakira lo recuerda el álbum con todo el amor del mundo:
'Estoy Aquí' #PiesDescalzoshttps://t.co/SPdJWt8uPr pic.twitter.com/bKKXn1JXDO
— Shakira (@shakira) October 6, 2020