“Aconseja al ignorante, te tomará por su enemigo”.
Proverbio árabe
Que te tilden de ignorante o de ser ignorante no es un insulto, es una advertencia frente a un estado de desconocimiento que puede terminar siendo peligroso ante un mundo donde no faltan riesgos que nacen de no entender algunos aspectos de la vida.
El mayor ignorante de la historia fue Sócrates que afirmó “Solo sé que nada se” consciente de su falta de conocimientos en todo cuanto existe en la estructura universal. Y hay algo muy claro, la ignorancia es peligrosa, especialmente cuando nos condena a un estado inepto y a la voluntad de líderes de pacotilla con delirios mesiánicos y pésima ejecutoria administrativa.
Es por eso que los “progres” son ignorantes; ignoran las reglas de la lógica del idioma con intereses perversos (promover la ideología de género), ignoran la naturaleza del ser humano (al promover un modelo económico colectivista que impone la voluntad del Estado en decisiones relativas al consumo y la producción sobre el libre albedrio y los deseos del ser humano); son profundamente ignorantes al seguir insistiendo en esa ideología socialista (fruto de la calenturienta mente de Marx y de sus herederos intelectuales) que fracasó rotundamente en la URSS, que tuvo que ser dejada solo como excusa para mantenerla dictadura política en China, que ha condenado a Cuba a la más deleznable de las miserias, que se cuenta como una de las más genocidas del planeta (holocaustos en Ucrania, en Camboya, en China, en Vietnam, etc.) y que sigue siendo parte del más perverso experimento social del planeta.
A los que los tildamos de “progres ignorantes” nos mandan a leer, pero ellos no son capaces de leer un texto serio de economía básica, de reflexionar con “1984”, el genial ejercicio distópico de George Orwell, de tomar en sus manos un texto que les demuestre que el fascismo y el socialismo son hermanos del mismo padre ideológico (no olvidemos que el partido Nazi se llamaba “Partido Nacional SOCIALISTA obrero Alemán”); son ignorantes frente a la ineptitud de un estado elefantiásico e incompetente que solo dilapida los recursos obtenidos desde impuestos que cada vez más exprimen con saña a los entes productivos y, de manera indirecta, a los ciudadanos de cualquier nivel socioeconómico.
Pero, lo peor, es que estos “progres de cristal” que nos mandan a “leer” se tragan el discurso de Petro y de las viejas “glorias” del santoral marxista como Fidel Castro (tirano cubano), Hugo Chávez (destructor de la economía en Venezuela), Mao Zedong (causante de la gran hambruna china), El “Che” Guevara (sociópata argentino al que no le temblaba la mano para “fusilar y seguir fusilando” sin fórmula de juicio) y de tipos como Antonio Gramsci que con su vulgata marxista filosófica promueve la técnica de “todas las formas de lucha” que permite que, la batalla cultural (como expresa Laje en su genial libro, que los socialistas no han leído) se cobre la vida y las mentes de mucho niñato “ignorante”, hijos de papi y mami, que creen que el socialismo es la nueva definición del paraíso terrenal.