Juan Carlos Meneses, ahogado por la presión que produce ser un testigo estrella contra los hermanos Álvaro y Santiago Uribe Vélez, y en un hecho desconocido hasta hoy, decidió contactar al expresidente Álvaro Uribe en octubre del 2013 para retractarse de lo que ha dicho de ellos y así “proteger mi vida y la de mis hijos, así me tocara pagar una pena menor por falso testimonio o calumnia”, agrega Meneses en la segunda parte de este revelador testimonio para LAS 2 ORILLAS.
La cara de preocupación y desengaño es notoria en el rostro de Meneses cuando empieza a narrar que fue por medio de Eduardo Ramírez Rozo, otrora coronel de la seguridad del expresidente Uribe, que lo contactó. Según dijo, el dos veces presidente de Colombia le respondió que sí aceptaba hacer dicho acuerdo, pero el mayor (R) desistió de esa idea por consejo de su exesposa y de su abogado, quienes le dijeron que el expresidente Uribe no era una persona de fiar “porque traicionó a los paramilitares. Por eso, decidí regresar a Venezuela”, dice Meneses.
Las pruebas “reinas” contra los Uribe Vélez
En su testimonio, Meneses relata que antes de entregarse voluntariamente a la Fiscalía colombiana le exigió protección para su vida durante el tiempo que estuviera en la cárcel para poder mostrar las pruebas testimoniales que tiene en su poder y que demuestran, según él, que están tratando de presionar a ciertas personas para que hablen en su contra en el proceso del grupo paramilitar de ‘Los 12 Apóstoles’ que se adelanta contra los hermanos Uribe Vélez.
Meneses dice que la justicia le incumplió, porque en un acuerdo entre él y la Fiscalía mientras se encontraba en Venezuela, donde se estaba protegido por ACNUR (la agencia de la ONU para los refugiados), la Fiscalía le prometió un centro de reclusión seguro mientras le adelantan el juicio en su contra por el asesinato de Camilo Barrientos Durán, conductor de un bus escalera de Yarumal en la época que él era el capitán de la Policía de ese municipio antioqueño.
Cuando llegó a Colombia el 27 de febrero de este año, Meneses permaneció durante dos meses en el búnker de la Fiscalía. Posteriormente, fue trasladado a La Picota, en Bogotá, al mismo pabellón donde se encuentran miembros de la fuerza pública condenados por paramilitarismo y donde, en un hecho desconocido hasta hoy, intentaron asesinar a Rafael García, exjefe de informática del DAS, quien prendió el ventilador del escándalo de las “chuzadas” que vinculaban al gobierno del entonces presidente Álvaro Uribe. Según narró, por ese hecho investigaron a varios miembros del INPEC (Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario).
Él dice que hoy no se hubiera entregado y que no hará públicas las pruebas que dice tener en su poder hasta que la Fiscalía le cumpla lo que pactaron para proteger su vida.
TESTIMONIO: