Eran casi siempre los días domingos cuando la crema y nata de Bogotá se ponía su mejor pinta y se dirijía a lo que hoy se conoce como la localidad de Kennedy. Los caballeros, vestidos con traje de paño y sombrero, y las mujeres, luciendo sus mejores telas, compraban sus boletas y entraban en el que, para entonces, era conocido como el Hipódromo de Techo. En donde hoy están situadas algunas construcciones, el mítico Parque Mundo Aventura y el reconocido estadio de Techo, en ese momento se alzaba la pista de carreras de caballos más importante de la ciudad, un lugar en donde los más ricos no dejaban de tener fe en su caballo favorito.
Hipódromo de Techo, ... Bogotà a finales de los 50 y en la actualidad. pic.twitter.com/fDsodHhlDy
— Historia Fotográfica de Bogotá y Colombia (@HistoriaFotBog) November 10, 2020
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El hombre que empezó con la historia del Hipódromo de Techo
Fue Jenaro Rico, un famoso médico de la ciudad, el que dio inicio a la historia del Hipódromo de Techo. Amante de los caballos, le propuso a varios de sus familiares y socios tomar una parte de la hacienda San Isidro, que se ubicaba en el entonces municipio de Fontibón, y construir un lugar que respondiera a esa pasión desaforada que propios y extraños sentían en ese entonces. Eran los años 50 y el juego hípico tenía un lugar especial en la vida de los ciudadanos, por lo que el galeno tomó 80 fanegadas de su propiedad, invirtió una buena cantidad de dinero y dio a Bogotá un sitio digno para las carreras de caballos.
El encargado de materializar la idea de Rico fue el famoso ingeniero Guillermo González Zuleta, reconocido por participar en el levantamiento de estadios como el Atanasio Girardot o el Pascual Guerrero. El bogotano, tomando los planos realizados por el arquitecto Álvaro Hermida, hizo una construcción que, a día de hoy, es considerada Monumento Nacional y se sigue manteniendo en pie, ahora como parte del estadio Metropolitano de Techo. Entre sus características, destacó en ese momento por sus imponentes columnas, sus ventanales y sus largos techos, además de contar con pistas ajustadas a los estándares internacionales.
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La época dorada y Triguero, su caballo estrella
Ya construido, el Hipódromo de Techo fue inaugurado el domingo 16 de mayo de 1954. En su primera “reunión de carreras” tuvo 8 galopadas, en donde estuvo desde la persona más adinerada, hasta la más humilde de la ciudad. Poco a poco, gracias a su pista de grama de 1.650 m y a sus dos pistas de arena de 1.750 m, obtuvo fama como el mejor hipódromo de Bogotá; y con caballos, entrenadores y jinetes chilenos, empezó a ser el lugar, sin falta, de reunión para los amantes de la hípica. Es más, fue tal su auge, que el gobierno puso un impuesto de 50 centavos por cada tiquete de apuesta comprado.
Y es que la pasión por las carreras de caballos desbordó, incluso, el racionamiento económico; y con ejemplares como Triguero, el equino que se convirtió en el ídolo del Hipotecho, como también fue conocido el lugar, varios apostadores se hicieron un buen dinero. Solo hay que mirar la mayor bolsa ganada por ese mítico caballo, que alcanzó, según datos, un valor de $105.200, monto que, a día de hoy, podría superar los cientos de millones de pesos, si no es que llega a superar los miles. Cuando corría Triguero a las tribunas no les cabía un alma más, y con sus victorias, ocho a lo largo de su maravillosa carrera, desató la locura de aquellos que habían apostado por él.
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El final de las carreras de caballos y su segunda vida como el Estadio de Techo
Los días felices del Hipódromo de Techo terminaron cuando en la Autopista Norte, en el kilómetro 20 vía Chía, se inauguró el Hipódromo de los Andes en 1978. Con mayor capacidad para espectadores, el escenario le corrió la banca al mítico Hipotecho, que fue relegado desde entonces. Sin embargo, en 1982, los terrenos empezaron a ser utilizados para otras actividades, dando inicio a lo que se conoce ahora como Ciudad Kennedy o, simplemente, Kennedy. En la parte norte, se empezaron a construir edificios de apartamentos y, en el costado sur, en 1998, se inauguró el famoso Parque Mundo Aventura. Sin embargo, el sentido deportivo no se perdió, y también se le dio vida al Estadio de Techo.
En el sector donde se ubicaban, y se ubican, las tribunas diseñadas por Álvaro Hermida y construida por Guillermo González Zuleta, se adecuó la cancha que la mayoría de amantes del fútbol colombiano conocen, y que, a lo largo de su historia, ha dejado récords como el de ser el estadio en el que más partidos oficiales se han jugado durante un año en el mundo. En su césped, han militado como local equipos de la ciudad, como La Equidad, Fortaleza u otros; pero también clubes de afuera como América de Cali o Tolima. Aun así, no está de más recordar que donde ahora corren futbolistas, antes corrían caballos, un lugar donde se vivió la época dorada de la hípica colombiana.
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