Cuando Miguel Ángel del Rio se volvió el abogado de confianza del petrismo

Cuando Miguel Ángel del Rio se volvió el abogado de confianza del petrismo

El barranquillero está involucrado en escándalos alrededor del gobierno como la muerte del coronel Óscar Dávila, a quien iba a defender en el caso de las chuzadas

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junio 14, 2023
Cuando Miguel Ángel del Rio se volvió el abogado de confianza del petrismo

Su lengua habilidosa, rápida como un pistolero del salvaje oeste, le ha traído al abogado Miguel Ángel del Río fama y prestigio y también líos como el que le ocasionó su declaración contra la periodista de Cambio Silvia Charry a quien señaló e haber hostigado al Coronel Óscar Dávila, implicado en las chuzadas de Laura Sarabia a su niñera Marelbys Meza, hasta el punto de haberlo llevado al suicidio. La tesis de Del Río no paraba ahí, sino que la extraña muerte del Coronel se dio después de supuestas presiones de un funcionario de la Fiscalía de Francisco Barbosa quien decidió llamar a Del Río a declarar en una muerte sobre la que rondan las más terribles sospechas a este gobierno.

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Del Rio es un petrista convencido. Ha estado de cerca en casos a los que el gobierno le ha metido la mano como fue el de la extradición de Aida Merlano.

Es un hombre hecho a pulso. A los 15 años se ganaba la vida trabajando en bares en su natal Barranquilla. Vino del barro y de ahí se hizo abogado. De familia liberal y humilde, su mamá es un ama de casa y su papá un ingeniero que trabajó en el sector público. En sus delirios alcohólicos se gastó plata en negocios que nunca salieron. El trago y el fracaso lo mataron a los 43 años de una cirrosis hepática. Un amigo de la familia, Eduardo Crissien, ex congresista liberal samperista, lo ayudó a ganarse una beca en la Universidad de la Costa (CUC) donde la familia Crissien manda desde su fundación.  Sin embargo, la muerte de su papá hizo que le quitaran la beca y le toca ponerse a trabajar para pagarse el estudio.

Conoce el rebusque y no hay oficio que avergüence. Trabajó como aeromozo en Avianca en una época, inicios del año 2000, en donde eso era visto como algo raro, que un hombre se metiera en un empleo de mujeres. El pudor que podría sentir la contrarrestaba a final de mes cuando recibía un buen cheque. Sin embargo estar en un avión para montarse en otro, no deja de ser una rutina complicada y sin embargo encontró la manera de graduarse de abogado. Eso sí, para hacer la tesis renuncio a su empleo en Avianca, pero se quedó en Bogotá.

Abogado Miguel Ángel del Río - Cuando Miguel Ángel del Rio se volvió el abogado de confianza del petrismo
Miguel Ángel del Río, hizo sus pasantías en la Cárcel La Modelo de Bogotá.

Sus prácticas las hizo en la cárcel Modelo donde trabajó tres meses aguantándose, entre otros incordios, el olor fétido de la comida podrida. En ese lapso supo meterse en problemas:  denunció ante las directivas que un recluso, jefe paramilitar de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), vivía como un patrón tras las rejas, tenía derecho a aire acondicionado y almorzaba a la carta pues pedía comida de los mejores restaurantes. Las quejas fueron molestas y la directora de La Modelo le pidió que por su seguridad no volviera. Quince años después, se volvería a topar con ese jefe paramilitar que le serviría de testigo cuando representó a una víctima de las AUC.

En Barranquilla es difícil encontrar trabajo para un abogado que sueña con llegar al éxito apegándose a la ética y que además era de familia humilde, así que se fue para regresó a Bogotá. Sin embargo las únicas puertas laborales que encontró fue el de un call center, ganaba tan poco que no le alcanzaba para mandarle plata a la familia y le tocó acomodarse y acostumbrarse a vivir en una pensión de mala muerte. Le llevó su hoja de vida a los abogados de moda en ese momento, Jaime Lombana, Yesid Reyes. Ninguno lo atendió, bueno, los guardaespaldas de uno de los penalistas si: una vez lo sacaron a patadas.

Así duró un año, hasta que un compañero del call center le ofreció un trabajo en un bufete de abogados, no era una firma de penalistas como añoraba, era un puesto de abogado de tránsito. A diario, le tocaba esperar que sucediera en algún lugar de Bogotá un accidente. Por cada uno le pagaban 50 mil pesos, y si habían muertos, un poco más por la asesoría penal. Por cosas del destino y sin experiencia, le salió el primer caso que marcaría su carrera y lo llevaría de regreso a su natal Barranquilla. María Paula Ceballos, esposa del prestigioso ganadero Fernando Cepeda, asesinado por sicarios, contrató sus servicios pues la estaban culpando del crimen injustamente.

Silvia Gette, madrastra de Ceballos y exrectora de la Universidad Autónoma de Barranquilla, había sido el cerebro del asesinato, y con dinero torció a la Fiscalía, el CTI y compró testigos para hacer un montaje judicial e inculpar a su hijastra. Sin pertenecer a un bufete de abogados y sin ni siquiera tener una oficina, Miguel Ángel se reunía con su cliente en tiendas de barrios mientras extendía los papeles sobre la mesa en medio del bullicio de la calle. El caso, como lo llevó, fue todo un éxito y terminó un anotándose el triunfo judicial cuando logró sacar de la cárcel a María Paula Ceballos.

El caso contra Silvia Gette puso su nombre en el radar de los medios, pero sería el caso del hijo de Carlos Rodríguez, más conocido como el sastre de los ídolos vallenatos, el que lo catapultaría hacia la cima. Carlos Rodríguez lo contactó después de que el abogado Miguel Ángel del Río lo llamará bandido durante una entrevista televisiva. No tenía pruebas para calificarlo como tal, eso lo sabía Del Río, quien tuvo que agachar la cabeza y retractarse públicamente de su afirmación. El malentendido terminó convirtiéndose en una relación abogado-cliente pues el Sastre lo terminó contratando para que investigara el homicidio de su hijo que había sido asesinado seis años atrás y todavía no capturaban ni siquiera a los autores materiales.

Su nuevo cliente le contó del principal sospechoso, el ganadero vallenato José Hernández Aponte, más conocido como el Ñeñe, a quien le había prestado grandes sumas de dinero, pero quien prefirió mandarlo a matar antes que pagarle. Tras una confusión entre el Ñeñe Hernández y los sicarios, terminaron asesinando a Óscar Eduardo Rodríguez, el hijo de 26 años del Sastre.

Ñeñe Hernández - Cuando Miguel Ángel del Rio se volvió el abogado de confianza del petrismo
María Mónica Urbina posando con su esposo el presunto 'narco' Ñeñe Hernández, asesinado en Brasil en 2019.

Miguel Ángel del Río logró que la Fiscalía interceptara al Ñeñe Hernández, no contaba con que el nombre de Marquitos Figueroa también saldría a relucir en el curso de la investigación. Aunque no hablaban del crimen del hijo del Sastre, los audios develaron el entramado entre el exgobernador de La Guajira, Kiko Gómez, el clan Gnecco del Cesar, el Ñeñe Hernández y Marquitos Figueroa, quien estaba a punto de quedar libre. Tres días antes de que saliera de la cárcel Picaleña en Ibagué con sus hombres de confianza que lo esperaban afuera junto a reconocidos cantantes vallenatos dispuestos a ofrecerle la mejor parranda en el municipio de Fonseca, el abogado Miguel Ángel del Río movió cielo y tierra para que un juez mantuviera preso a Marquitos Figueroa. Lo logró. Si la Fiscalía hubiera emitido también la captura del Ñeñe Hernández, no hubiera alcanzado a salir del país rumbo a Río de Janeiro en donde unos sicarios lo mataron.

A punta de escuchar encontró la conversación entre el Ñeñe y Claudia “Caya” Daza, una de las mujeres que le hablaba al oído al expresidente Álvaro Uribe. Ahí quedaba claro el plan para comprarle votos a Iván Duque en La Guajira. La Fiscalía de Barbosa se rehusó a revelar estas pruebas pero la labor investigativa del periodista Gonzalo Guillén pudo revelar la verdad.

Pero este sería un caso menor a la hora de enfrentar a los cercanos de Álvaro Uribe. El abogado Miguel Ángel del Río decidió irse frontalmente contra él y asumió la defensa de Monsalve, el testigo que tiene enredado judicialmente al ex Presidente Uribe. Uno de ellos fue el de los Doce apóstoles, donde se enredaba al líder del Centro Democrático y a su hermano según el testimonio del exparamilitar Juan Guillermo Monsalve. Además acompañó a Daniel Mendoza después de ser demandado por el Centro Democrático a raíz de la serie Matarife.

Desde el 2018 es el abogado de Petro y en Twitter se ha convertido en un desaforado defensor del presidente. Fue vital en la campaña que lo llevaría a la presidencia e incluso su nombre sonó para ser candidato a la alcaldía de Barranquilla. El llamado a la Fiscalía por el caso del Coronel que murió en extrañas circunstancias es un round más que ha tenido contra Francisco Barbosa.

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