Cuando escuché decir que el valor de entrada a un concierto en el Estadio Atanasio Girardot de Medellín es de $22´100.000 para el próximo 18 de noviembre y que en preventa ya se habían agotado todas las boletas, no puedo negarlo, me interesé en saber quién es el artista convocante.
Le pregunté a una de mis hijas que a las carreras se despedía para asistir a sus clases en la universidad y me dijo que era un tal Bad Bunny, así, sin más explicación.
Lo primero que se me ocurrió fue imaginarme que se trataba de un familiar del “Conejo de la suerte”, pero para corroborar entré a Google y entonces me informé que se trataba de un reguetonero portorriqueño que por segundo año consecutivo es el artista más escuchado en Spotify.
Me interesé aún más por saber del artista de marras y por recomendación de un amigo entré a Youtube para saber de su carrera profesional que lo ha llevado a tan privilegiado pedestal que ha puesto a sus seguidores a pagar tantos millones, diez meses antes de la fecha de su concierto.
Qué sorpresa: 36,8 millones ¿Ah…? Sí, así como lo están leyendo. En su Cuenta de Tik Tok, registra 5,2 millones y en Facebook e Instagram pasa de los 37,5 millones.
Estas cifras me sorprendieron y por un momento quedé anonadado, pero al reponerme entré al mismo buscador para constatar cuantos seguidores tiene el cristianismo a nivel mundial y mi sorpresa omnímoda, o como diría una amiga oriunda de Pelayo: “¡qué barbaridad!”, este reguetonero tiene más seguidores de Jesús de Nazareth.
Bueno, con estas cifras no me quedaba duda alguna de que se trataba, como dicen ahora los pelaos, de un influencer y entonces me interesé en buscar su música y escucharla, algo novedoso debe tener en sus letras que ha enamorado a tantos.
A la suerte, seleccioné un tema llamado “Yonaguni” y resumiendo el texto poético de su canción, se refiere a una chica que ya tiene su novio y la pretende porque “tiene un culote bien grande”.
Dije: no, debe haber una equivocación y con su nombre busqué otro tema llamado “Si veo a tu mamá” y habla de encontrarse con la mamá de la ex y le pregunta si ya su hija tiene otro porque se la pasa pensando en todas las veces que se lo metió…
Después escuché al azar otro de sus temas y dice “cuando otro te lo meta y no sientas nada”.
En mi confusión seguí escuchando sus grabaciones y el lenguaje de su lírica era el mismo. Paré, apagué el celular y me tomé un tinto. Yo mismo me preguntaba: ¿Cómo así? ¿Estas son las “canciones” que enloquecen a una multitud de seres que los pone a pagar millones, nada más que para que lo vean cantar esto?
Inmediatamente vinieron a mi memoria las banderas reivindicativas de miles de miles de mujeres que se reclaman “feministas”. Qué raro que no se hayan pronunciado sobre esta pornografía auditiva que va en contra de la dignidad de la mujer.
Y eso es lo que se está escuchando en la radio y viendo en la tele y las redes y con letras como esas hasta han ganado galardones y premios internacionales como el Grammy.
Si este es el futuro de la música, pues deje de leer esta nota y dígale a la dama que está a su lado: “Perrea mami, perrea”, porque esta vaina se putió.