La telenovela "Yo soy Betty, la fea" se convirtió en un fenómeno al ser transmitida en más de 100 países, doblada en más de 15 idiomas y además contó con 20 adaptaciones internacionales. Desde su estreno en octubre de 1999 hasta su última transmisión en el 2001 no existió hogar colombiano que se perdiera en las noches del Canal RCN la producción original de Fernando Gaitán.
Ni personajes influyentes en la escena política y económica del país pasaron desapercibida la telenovela. El entonces presidente Andrés Pastrana y su vicepresidente Gustavo Bell Lemus eran seguidores de la producción. Cuando el Canal RCN se enteró de la actividad extracurricular del mandatario, no dudo en contactarlo para que en un capítulo que sería filmado en Cartagena durante el Reinado Nacional de la Belleza, saludara a Betty. Los asesores de imagen del presidente no se lo permitieron. Sin embargo, Pastrana no desaprovechó la oportunidad, cuando se encontró con la protagonista en la Heroica, se acercó a saludarla. Una escena que sería transmitida como primicia de noticieros de los canales nacionales.
El poderoso Carlos Ardila Lülle no se quedó atrás. Sin perderse ningún capítulo se sumergió, como cualquier colombiano, en la estrepitosa relación clandestina entre el Doctor Armando Mendoza y su secretaria Beatriz Pinzón. Fue tal el descontento del dueño del Canal RCN y RCN Radio cuando Betty con el corazón roto estuvo a punto de recibir un soborno para Ecomoda y vengarse así de su despiadado jefe, llamó al guionista.
"¿Mijo, qué es lo que está pasando?" fue la pregunta que Ardile Lülle le hizo a Fernando Gaitán, le manifestó que no le gustaba el giro inesperado que estaba sufriendo la historia. De ninguna manera Betty podría convertirse en una trabajadora deshonesta. Ante la presión, varias escenas que habían sido grabadas se modificaron suavizando el drama del soborno. Finalmente, Betty declinó su plan y se arrepintió de contemplar la traición a Ecomoda.
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