Fue a través del millonario pleito del Grupo Gilinsky y el Grupo Empresarial por la propiedad del Banco de Colombia, que se conocieron Alex Vernot y Gustavo Petro a mediados del año 2000, hace ya casi veinte años. Comenzaba la famosa disputa jurídica que terminó favoreciendo la familia de origen judío asentada en Cali.
El joven abogado Externadista Alex Vernot fue el encargado de coordinar la defensa jurídica. Cercano a Jaime Gilinsky, contaba con la confianza del grupo familiar liderado por el patriarca Isaac quien acaba de ser nombrado embajador en el Brasil. Recibió carta blanca para contratar un grupo profesional del más alto nivel para sacar adelante una demanda por irregularidades en el control logrado por los antioqueños del Banco de Colombia que le pertenecía a los Gilinsky. Su pretensión era ambiciosa, cercana a los USD $ 600 millones y las acciones judiciales las interpusieron poco tiempo después de consolidares la fusión entre el Banco Industrial Colombiano y Bancolombia que le dio el control al grupo antioqueño en 1999.
Vernot no escatimó esfuerzos y aunque las cabezas más visibles del equipo jurídico que conformó eran el exministro de gobierno Nestor Humberto Martínez –quien recién había dejado el cargo después de un año largo en el gobierno de Andrés Pastrana- y la exministra también de justicia Monica De Greiff, fueron varios los expertos que reunió alrededor del propósito.
Alex Vernot, un estratega jurídico más que un litigante, entendió que el escenario político y parlamentario era fundamental para avanzar. Se propuso ubicar un parlamentario con capacidad y temple capaz de enfrentar a un grupo económico con el poder y la influencia de Grupo antioqueño, entonces conocido como el Sindicato antioqueño, en cabeza de Nicanor Restrepo. El hombre era el representante Gustavo Petro y fue el exministro Martínez quien lo identificó. Lo había conocido en sus lides desde la cartera del interior, del que ser retiró ad portas de tener que verse enfrentado a una moción de censura en un congreso adverso al gobierno Pastrana. Regresó a su oficina de abogados, la firma Martínez Neira. .
Gustavo Petro había llegado a la Cámara de representantes en las elecciones de 1998 como segundo renglón de Antonio Navarro por el Movimiento Via Alterna, creado por un grupo de ex militantes de la Alianza Democrática M-19, y desde el primer momento destelló con su oratoria, capacidad dialéctica y posiciones firmes. Vernot, según ha relatado él mismo, lo buscó y le entregó la investigación que identificaba comportamientos que podrían configurar varios delitos penales, entre otros el de una eventual utilización de recursos de los ahorradores para la adquisición. Gustavo Petro se le midió al debate.
El 9 de mayo de 2001, citó a debate de control político a la Supertintendente bancaria Patricia Correa, la exsuperintente Maria Luisa Chiape y al ex Presidente del Banco Industrial Colombano, quien habia asumido la presidencial del fusionado Banco de Colombia; citó igualmente a varios representantes del sector privado. Pasaron cinco años de que el litigio se resolviera en favor de los Gilinsky, pero desde entonces nació una amistad entre Gustavo Petro y Alex Vernot que se prolongaría en el tiempo.
El pleito se ganó en el terreno judicial en el que el tandem Alex Vernot y Nestor Humberto Martinez resultó eficaz. El 16 de mayo del 2006, un Tribunal de arbitramento de la Cámara de Bogotá ordenó reconocerle a los Gilinsky $ 42 mil millones para poder quedarse con el control del Banco de Colombia. Habían derrotado al equipo de abogados puesto para el caso por el Grupo Empresarial Antioqueño, en cabeza de Leonardo Uribe Correa apoyado por juristas como Jorge Suescun y el ex magistrado de la Corte Suprema de justicia Ricardo Calvete.
Casi veinte años después de salir victoriosos de semejante desafio jurídico, Nestor Humberto Martinez y Alex Vernot se enfrentan ahora en un complicado escenario. La Fiscalía en cabeza de Martínez acusa a Vernot por el presunto delito de obstrucción a la justicia en otro gran pleito: el de Carlos Mattos con el ecuatoriano Juan Eljuri por el millonario negocio de la distribución de la marca Hyundai en Colombia, un caso en el que el que Martinez participó como abogado. .
El 2 de junio del 2015, Nestor Humberto Martínez regresó a tomar las riendas de su bufete que había consolidado una alianza con la multinacional DLA Piper. Había renunciado a su posición de Ministro de la presidencia en el segundo gobierno de Juan Manuel Santos.
Carlos Mattos lo buscó tras recibir el 15 de septiembre de 2015 la sorpresiva carta de la casa matriz en Corea Hiunday Motor Company en la que le notificaba que su contrato de distribución que había tenido durante 25 años no le seria renovado. Enfurecido e irritado quería tomar acciones legales. Martínez diseñó la estrategia jurídica que derivó en medidas cautelares que bloqueaban la venta de vehículos Hiunday en Colombia, pero se retiró de su bufete para aspirar a la Fiscalia. Su hijo Camilo continuó con el manejo de la oficina y tuvo el negocio durante algunos meses más. Finalmente Carlos Mattos replanteó su defensa con un equipo de abogados compuesto por Ivan Cancino, Abelardo De La Espriella y Alex Vernot.
En noviembre del 2016 hubo parte de victoria: Carlos Mattos había logrado una indeminzación del grupo El Juri cercana a los USD 100 millones. Sin embargo el pleito antes que concluir abrió un nuevo capítulo. El ecuatoriano El Juri a través de su empresa Necorp presidida por Gustavo Alberto Lenis y con Jaime Lombana como penalista de cabecera inició una serie de acciones penales que son las que tienen a Carlos Mattos, actualmente en España, llamado a comparecer ante la justicia colombiana con la Interpol siguiéndole los pasos y al abogado Alex Vernot detenido.