Con el fin de arribar oportunamente al puerto de la comprensión de los elementos clave de la supremacía marítima es necesario hacer una inmersión profunda en lo que respecta al conocimiento de este vasto mundo de peculiaridades que determinan distintos movimientos geopolíticos en la arena internacional, que responden finalmente a los intereses de los Estados. De esta manera, es necesario entender a la luz de los postulados del geopolítico alemán Federico Ratzel, que el poder marítimo se puede entender como el dominio de los países hacia los océanos, derivándose de una realidad geográfica. Teniendo en cuenta que el globo terráqueo está compuesto de dos tercios de agua más que de tierra. El mismo autor con anterioridad citadomanifiesta que el mar es la mayor totalidad de nuestra tierra y las partes mayores en él son solamente islas. Nuestras residencias están rodeadas por el agua, aún si se hallan situadas bastante tierra adentro, y en el fondo de cada horizonte que se extiende a lo lejos brilla el mar. Así las cosas, es evidente, al momento de hacer una revisión histórica de los hechos, que el poder del océano ha sido de vital importancia para el desarrollo económico y comercial de las civilizaciones. Ejemplos claros son Egipto, Mesopotamia, India y China que se instauraron en las grandes riberas y, por lo tanto, comenzaron a producir mayor agricultura y ganadería, lo cual producía un avance económico de los pueblos mencionados.
Sin embargo, el poder marítimo no solo ayuda a desarrollar la economía sino también sirve como un gran componente militar, mediante el cual se busca que un Estado haga uso de los océanos, por medio de sus acciones políticas, económicas y militares. Lo cual produciría una eventual guerra naval y/o un dominio sobre distintas porciones, terrestres o marítimas, que faciliten la consecución de los intereses de los Estados. Por ejemplo: las naciones que estén interesadas y sobre todo que tengan solvencia económica tratarán de mantener su fuerza a través de buques, submarinos, aviación naval, infantería de marina y bases navales.
Es por esto que, con el fin de poner en contexto al lector, es necesario recurrir al británico Richard Hill para comprender qué se entiende por poder marítimo, definido por este como: la capacidad de usar el mar. Ello puede resultar fuertemente favorable para un Estado con intereses económicos, a través del resguardo de los elementos de la economía, y de la proyección o amenaza de la fuerza contra sus oponentes.
No obstante, es necesario recordar al estratega naval estadounidense Alfred Mahan para diferenciar el poder naval del poder marítimo. Indicando que el primero se fundamenta en el conjunto de unidades navales y posiciones que constituyen el poder de un país en los océanos. Y el segundo es el desplazamiento que tiene un país para controlar todas las actividades que ocurran en el mar bajo su jurisdicción. Es decir, el primero es la parte estratégica y el segundo es el control de los mares. Así, el mismo autor da los elementos clave que responde a la pregunta objeto de estudio, y enumera los factores de desarrollo del poder marítimo que contiene un Estado, que son: la situación geográfica, la configuración física del país, extensión territorial, el número de habitantes dedicados a profesiones marítimas, el carácter nacional y la clase de gobierno, que determinarán entonces la supremacía marítima de un Estado, en un momento determinado, de acuerdo con el complimiento de estos factores.
En perspectiva, entonces, es evidente que el uso del océano ha sido de vital importancia, por lo cual ha sido utilizado como una herramienta estratégica de las principales potencias mundiales en los diferentes continentes. Por este motivo, es trascendental exponer los intereses de los Estados por mantener una jerarquía oceánica. Hay que tener en cuenta que los mares también contienen altas riquezas en recursos naturales que acrecientan la economía de los países, como fue mencionado con anterioridad. En la actualidad, Rusia podría ser el ejemplo más claro a la hora de materializar los elementos clave que la convierten, dadas sus características, en una supremacía marítima, en tanto que en los últimos meses ha puesto atención en la adhesión de Crimea a su territorio sobre todo en beneficio de sus intereses, debido a que observa la importancia de su ubicación y la salida al mar Negro. El objetivo primordial es el control de estas aguas, que llevaría a controlar el este de Europa y el oeste de Asia.
Por otro lado, Kiev-Ucrania ha sido motivo de disputa entre Occidente y Rusia por su posición geográfica; donde la mayoría de potencias querrán gozar de los privilegios que tiene los mares. Por ejemplo, el geógrafo británico Halford J. Mackinder describe el heartland de la gran isla mundial euroasiática, la zona comprendida entre el Volga y el Yangtsé y entre el Himalaya y el Ártico, como un espacio estratégicamente ubicado debido a su accesibilidad desde el mar, a la imposibilidad de invadirlo completamente y a sus ingentes recursos continentales cuyo control significaría el dominio mundial. Es decir “quien gobierne Europa del Este dominará el heartland; quien gobierne el heartland dominará la Isla-Mundial; quien gobierne la Isla-Mundial dominará el mundo”, siendo consciente Rusia de la importancia geoestratégica de los países que se encuentran entre el mar Báltico y el mar Negro (Ucrania).