El patógeno se ha expandido hasta los extremos de los cuatro puntos cardinales, sigue ocupando nuevas áreas y densificando su propagación letal. Debería ser tranquilizante, desde un razonamiento lógico, saber y aceptar que ninguno de los seres humanos vivos hoy escapa al encuentro con COVID y que todos vamos a ser inoculados por él. Las opciones de existencia en este momento así lo confirman.
Existen dos grandes grupos en la población mundial actual: los enfermos y los asintomáticos. Entre los primeros hay cinco tipos de enfermos: 1) los más graves, enfermos en Unidades de Cuidados Intensivos; 2) los enfermos en casa o en asilos de ancianos; 3) los que salieron de las UCI y han pasado a restablecimiento; 4) los curados de la enfermedad; 5) los fallecidos. Todos ellos ya han pasado o están sobreviviendo en contacto con el virus, y para algunos ha sido letal.
Entre la población asintomática, que puede ser la mayoría, hasta ahora se conocen tres posibilidades: 6) los restablecidos de los síntomas, como si hubiese sido una gripe normal, un poco más fuerte; 7) los portadores inconscientes, que han inoculado el virus pero no han presentado síntomas; y 8) los intocados por el virus.
En total, entonces, ocho posibilidades de existencia en el mundo de COVID, de las cuales solo una corresponde a una situación de no contacto con el patógeno. Para estos últimos, ¿por cuánto tiempo?, ¿hasta que haya una vacuna? Quizás. Pero en un entorno en donde una mayoría de 7 sobre 8 ya han tenido contacto con el virus o son portadores de él, ¿cuáles son las posibilidades de no contagio? Únicamente el aislamiento total por largo tiempo; es decir, prácticamente ninguna.
Además del razonamiento lógico, también es consolador saber por la historia que los seres humanos sobreviviremos a COVID-19, como se ha sobrevivido hasta ahora a todas las pestes y epidemias que han sucedido antes en la historia de especie humana. Se desarrollarán, como ya se han producido en los restablecidos, anticuerpos para este nuevo virus. ¿Será esta la mínima consecuencia de esta pandemia universal, el desarrollo de una nueva vacuna en el mercado farmacéutico de la salud pública? Es lo que ha comenzado a debatirse.
