El inusitado aumento de la producción y comercialización de dispositivos electrónicos como los teléfonos móviles (celulares), cada día demanda personas capacitadas para solucionar los inconvenientes de carácter técnico que se presentan con estos dispositivos; sin embargo, son escasos los talleres certificados que brindan este servicio, razón por la cual hoy en día es muy frecuente observar a personas realizando esta labor de forma no oficial, en algunos lugares al aire libre o confinados en espacios reducidos de algunos establecimientos ubicados usualmente en la zona central o de mayor flujo comercial de las principales ciudades del país. Esta actividad a simple vista no reviste ningún problema, ya que la manipulación de dispositivos electrónicos parecería no tener ningún efecto importante en el ambiente, ni en la salud de las personas; sin embargo, existen algunos riesgos asociados a la manipulación de las herramientas y materiales de trabajo, que hasta ahora han sido poco discutidos.
Uno de los principales riesgos que enfrentan la personas que prestan el servicio de reparación técnica de celulares es el de sufrir quemaduras por contacto con los dispositivos que se utilizan para soldar algunas piezas metálicas, proceso en el que es común el uso de soldadura de estaño (Sn), aleada con plomo (PB). Si bien existe una discusión sobre la presencia de estaño en el humo que se produce durante la quema de la soldadura, debido al alto punto de ebullición de este metal (2602 oC); es sabido que durante este proceso se desprenden partículas de estaño que luego de ser inhaladas, ingresan al sistema respiratorio (figura 1), y constituyen uno de los principales factores de riesgo para desarrollar pneumoconiosis no fibrótica o estañosis, la cual se da principalmente en personas expuestas de manera crónica (entre 6 y 8 años) al óxido de estaño (ICSC 2004; ATSDR 2005; Ostrakhovich y Cherian 2007).
Figura 1. Óxido de estaño y su ingreso al sistema respiratorio.
El óxido de estaño puede comprometer el parénquima pulmonar, por lo tanto, los expertos recomiendan considerar dentro del diagnóstico diferencial de enfermedades ocupacionales de curso benigno. Aunque los especialistas en el área afirman que pueden presentarse síntomas como la tos, dificultad para respirar (disnea), y respiración ruidosa (sibilancia), esta no es específica para la patología, razón por la cual sugieren la realización de estudios complementarios que incluyen análisis de radiografías pulmonares, al igual que el análisis del tejido pulmonar (histopatología), complementado con la descripción de antecedentes ocupacionales (Giraldo et al. 2013), y recientemente se ha propuesto el diagnóstico nanopatológico, el cual se basa en la identificación de nanopartículas de elementos metálicos como el estaño, presente en los tejídos (Roncati y Barbolini 2017).
Ante el panorama hasta ahora descrito, se hace necesario que aquellas personas cuya actividad está directamente relacionada con la quema de estaño, tomen en cuenta algunas de las recomendaciones indicadas en la figura 2, ya que si bien, esto no impedirá los efectos por la exposición del pasado, muy seguramente si reducirá el riesgo de exposición actual y futuro a este xenobiótico. Igualmente se recomienda que estas personas estén muy atentas a su condición médica, y que se realicen controles médicos periódicamente, con el propósito de tomar medidas correctivas a tiempo. Finalmente, hago un llamado respetuoso a las autoridades locales y nacionales para que orienten parte de su accionar a la evaluación del riesgo potencial de exposición a este metal, no solo por parte de los manipuladores directos, sino también para aquellas personas que cotidianamente realizan sus actividades cerca de los establecimientos donde tiene lugar el uso de este elemento contaminante.
Figura 2. Algunas recomendaciones de seguridad para las personas con alto riesgo de exposición a los humos de la soldadura de estaño.
Referencias:
ASTDR. 2005. Toxicological profile for Tin. (Update). Atlanta, GA: Agency for Toxic Substances and Disease Registry. 1-376.
Giraldo L., Bastidas A., Benavides M., García R., Ojeda P. 2013. Neumoconiosis por óxido de estaño. Acta médica colombiana. 38(4): 1-4.
International Programme on Chemical Safety and the European Commission 0956 (ICSC). 2004. Tin (II) Oxide. En: http://www.ilo.org/dyn/icsc/showcard.display?p_card_id=0956
Ostrakhovich E. y Cherian M. 2007. Tin In: Nordberg G., Fowler B., Nordberg M.m Friberg L. Eds. Handbook on the Toxicologiy of metals. New York: Elsevier. 839-859.
Roncati y Barbolini. 2017. State of the art nanopathological diagnostics. Ultrastructural pathology. DOI: 10.1080/01913123.2017.1358227