Para ocultar su carácter perverso, los dirigentes de la abyección marxista en compañía de sus idiotas útiles se han dado a la tarea de crear en Latinoamérica lo que denominan “partidos y movimientos alternativos”, por lo que vale preguntar: ¿alternativos a qué? Con lo que han demostrado queda claro que solo buscan conquistar el poder político para acabar con el supuesto sistema “burgués capitalista” (que en la práctica es la democracia liberal), y conducir a los pueblos a la esclavitud y el envilecimiento, todo bajo la férula del comunismo totalitario. Mediante la falsedad desarrollan un intenso trabajo en la academia, las organizaciones sociales y las comunidades de distinto orden para vender la especie reduccionista de la contradicción antagónica entre la burguesía y el pueblo, sin olvidar que el término pueblo dentro de la semántica marxista tiene una significación diferente a lo que el resto de mortales conocemos.
Con eso claro, hay un personaje dentro de los grupos alternativos en Colombia que llama poderosamente la atención: Gustavo Bolívar. El senador, aunque es de izquierda, dice ser capitalista. Sin embargo, no sabemos a qué se refiere cuando señala eso, ya que dicho término tiene muchas expresiones. Sea como sea, el truco es bien conocido en América Latina, ya se puso en práctica con Fidel Castro en Cuba y con Hugo Chávez en Venezuela: ellos negaban ser comunistas, pero cuando tomaron el poder se quitaron la hoja de parra, mostrando toda la catadura criminal del marxismo, reprimiendo y degradando a esas dos naciones. Así pues, la fábula de un “gobierno alternativo” que proclama el novelista Bolívar seguramente se circunscribe dentro de la estrategia leninista de engaño que afirma: “La verdad es un prejuicio burgués y a base de mentiras se construyen verdades”.
Al ser irracional y por sus componentes mitológicos y supersticiosos, dentro de sus rituales para dominar a los pueblos el comunismo totalitario o marxismo ha utilizado diferentes máscaras durante su criminal y burocrática existencia, comenzando por Lenin que se puso como careta alternativa la de bolchevique, dentro del partido obrero socialdemócrata de Rusia, para posteriormente crear el partido comunista, después de la revolución de octubre de 1917.
Por su atraso ideológico, Latinoamérica también ha sido víctima de las marullas alternativas marxistas. Acá cabe recordar que, antes de subir al poder, el sátrapa de Fidel Castro tenía como coartada al Movimiento 26 de Julio, cuya ideología supuestamente era nacionalista y democrática. Sin embargo, luegos se declaró comunista y dejó a ese como el único de Cuba. Según el artículo 5 de la constitución cubana, reformada en 2019: “El Partido Comunista de Cuba, único, martiano, fidelista, marxista y leninista, vanguardia organizada de la nación cubana, sustentado en su carácter democrático y la permanente vinculación con el pueblo, es la fuerza política dirigente superior de la sociedad y el Estado”. O sea que los ciudadanos no valen un bledo...
Además, vale anotar que la nomenclatura de la isla le ganó a Hitler, ya que así como el führer decía que el Tercer Reich duraría mil años, los parásitos comunistas que redactaron esa constitución proclamaron que Cuba no volvería al capitalismo. Entonces, para la burocracia cubana la dictadura será por toda la eternidad. Ese es el gobierno alternativo que quieren los mamertos de diferente pelambre para Colombia...
El anterior esperpento constitucional de la camarilla comunista cubana es en realidad un sustitutivo de la religión, en donde condena a las masas de ese pueblo por siempre a vivir bajo el sometimiento de la maldición marxista. Sin embargo, la cosa no se queda ahí, porque los países de la región, según la fórmula del comunismo totalitario, deben seguir ese camino usando diferentes disfraces que, como ya lo hemos denunciado en otras oportunidades, son: socialismo del siglo XXI, indigenismo, progresismo, bolivarianismo y Foro de Sao Pablo. Todos esos dislates son para copiar al orate de Hugo Chávez, que de manera vulgar trajo los desechos del marxismo, repudiados en Europa con la caída del muro de Berlín, para implementarlos en Venezuela, convirtiendo a ese país en un albañal comunista.
Al carecer de la razón, los seguidores del marxismo van en contra de su conciencia y su actuación es lo más protervo de la política. Por ello tienen un comportamiento zafio que desecha la ética al querer convertir a las masas en una manada, lo cual demuestra que los miembros de esa secta saben que están equivocados y que en ocasiones son vergonzantes, porque muchos de ellos no permiten que los llamen comunistas, pues eso va en contraposición de sus intenciones ignominiosas, por lo que se cambian de máscara para engañar a los pueblos que de manera cándida se dejan envolver de sus artificios.
Además, no solo acá los marxistas han utilizado máscaras para timar a las naciones. En Asia podemos recordar que, para esconder su marxismo, Kim Il Sung (Norcorea) impulsó la idea Juche, la cual significaba: “que propietarios únicos de la revolución y su posterior construcción son las masas” (entendiéndose eso como una mezcolanza entre el comunismo y la cultura tradicional coreana). De igual manera, en Vietnam se ocultó el comunismo con la fundación del partido de los trabajadores en 1951, pero con la reunificación de ese país en 1976,tomó el nombre de Partido Comunista de Vietnam, siendo eso demostrativo de la superchería marxista que se acondiciona para hacer caer a los pueblos ingenuos.
Entonces toda la falacia comunista con la cual han engañado naciones demuestra que lo dicho por Lenin no es tan alejado de la realidad: “nosotros somos una iglesia". De ahí precisamente se desprende que la superstición y el mito son inherentes al marxismo y por ello aprovechand en Latinoamérica la religiosidad y la cultura crearon la teología de la liberación, impulsada en los años 60 del siglo pasado como un producto comunista traído por la KGB, agencia secreta de la URSS, evidenciándose que el marxismo se mimetiza hasta en la religión para lograr satisfacer sus instintos insanos envileciendo a los demás.
A la ciudadanía colombiana hay que advertirle lo que está detrás de los “partidos y movimientos alternativos”, porque con el cuento del cambio muchos pueblos han tenido que soportar las desgracias y sufrimientos que le imponen las dictaduras comunistas para conservar el poder por los siglos de los siglos.