Si el presidente Petro no le pone el ojo certero para acabar la corrupción y la lucha del narcotráfico en la aeronáutica civil de Colombia, su política honesta no tendrá un final bueno.
Allí es donde el mando presidencial debe ser super efectivo. La línea de mando debe ser directa entre el presidente de Colombia y a quien nombre como director general de la aerocivil, sin pasar ése filtro tortuoso del ministerio de transporte, porque vienen toda esa serie de compromisos políticos, que desvían los esfuerzos que necesita el gobierno central para neutralizar las apetitos históricos en los manejos presupuestales de la entidad y de la nación.
Todos los planes de desarrollo aeronáuticos del actual gobierno deben ser dirijidos por personas que conozcan todo el territorio colombiano en donde la aviación debe estar presente en pequeña, mediana y grande escala, sirviendo a los planes gubernamentales hablados en la campaña presidencial del pacto histórico y de la Colombia Humana, que nos ha movido el deseo de seguir viendo el creciendo de la seguridad aérea y aeroportuaria, al mando de un presidente que no se deje manipular por los partidos políticos, que siempre ven con apetito financieros, el manejo de la aerocivil.
Muchos elefantes blancos han quedado en el camino.
El potencial económico que genera el turismo colombiano debe ser incrementado, las inversiones en materia de telecomunicaciones y ayudas a la navegación aérea deben fortalecerse, el control de las rutas aéreas deben ser materia de la fuerza aérea colombiana y la aerocivil, de expertos honestos y con conocimientos de las rutas aéreas usadas históricamente y con posibles usos del narcotráfico mayormente en todo el mar pacifico y el Atlántico. Este punto es fundamental para controlar las vías aéreas.
Todos los luchadores por las causas nobles, esperamos que el timonel del futuro del estado colombiano, lo dirija el presidente de la República y que los proyectos del plan de desarrollo sean la solución de la radiografía de la crisis que vive Colombia. Tenemos cuatro años de una lucha contundente de todos estos flagelos que se viven, pero el presidente Petro, no debe soltar las riendas del manejo de la aeronáutica civil de Colombia y dejar que los mismos sigan en la repartición burocrática, económica y política.