“La tierra será el paraíso de toda la humanidad”, reza el himno La internacional de la estafa comunista del marxismo-leninismo, el cual han querido imponer a las organizaciones sindicales como si fuera algo “sacrosanto”. Sin embargo, esa soflama musical en la actualidad solo le pertenece a los mamertos, ya que el movimiento de los trabajadores debe de ser pluralista y democrático, rechazando el totalitarismo en todas sus formas, que mediante sórdidas maniobras ha engañado a varios pueblos con el cuento de la “utopía y la emancipación”.
Pero ya la humanidad conoce las “bondades” del comunismo totalitario, en donde sin temor a ser desmentido se puede afirmar que ese engendro es la organización que más ha cometido crímenes en la historia universal y no es para construir el “paraíso”, sino para montar autocracias perpetuas, pues envilecer al ser humano es la premisa, como sucede con Venezuela, en donde el marxismo, llamado socialismo del siglo XXl, es el padre de la tortura, el hambre y el genocidio. Toda esa tragedia del vecino país ha sido patrocinada por la camarilla comunista cubana, siendo el dictador Fidel Castro uno de los que proclamaba el “paraíso comunista”.
De ahí que el tirano cubano Fidel Castro en varios discursos mencionó que “un mundo mejor era posible”. Pero que un enfermo incurable por la burocracia del Estado, como el difunto sátrapa de marras, hablara de un mundo mejor es un contrasentido, porque a los comunistas totalitarios no les interesa el bienestar de los pueblos, sino ostentar el poder eternamente, así las masas sufran lo indecible. En consecuencia, desde la Primera Internacional de los Trabajadores en el siglo XlX, al marxismo siempre se le ha considerado como una estafa en contra de los humildes, para que surja una oligarquía que con un discurso miserabilista conduzca a las naciones a la humillación, como sucede en Cuba y otras naciones.
Que Castro mencione la posibilidad de un mundo mejor es un ultraje a la razón, más sabiendo el origen de esas palabras, pues en sana lógica quienes de verdad podrían hablar de la posibilidad de un mundo feliz, ya sea por su tradición y realizaciones, teóricas o prácticas, serían los libertarios, sectores de la socialdemocracia, movimientos ecologistas (no influenciados por el marxismo), cristianos, representantes del liberalismo clásico y diferentes organizaciones sociales, religiosas y culturales que buscan el equilibrio humano. No obstante, que el comunismo totalitario hable de un mundo mejor es una aberración, porque hay que recordar que el señor Marx recibió el repudio de los amantes de la libertad, pues buscaba que la dictadura del proletariado se convirtiera en un método de gobierno sempiterno para someter a los pueblos, con lo cual el Estado nunca desaparecería y en cambio se creaba una nueva esclavitud.
En Latinoamérica la mamerteria profesa admiración morbosa por Fidel Castro, pero es por ignorancia o mala fe, siendo eso un culto a la persona, especialmente para impresionar a las nuevas generaciones y así heredarles el comunismo, hablando de los “logros” de la revolución y de unos supuestos progresos sociales y humanos en Cuba, cuando lo único equitativo que hay en la tierra del patriota José Martí en la actualidad, es la distribución de la miseria.
Los alucinados comunistas e idiotas útiles se desgañitan hablando de los avances de Cuba en los 60 años de dictadura, lanzándole loas al tirano cubano fallecido, siendo eso una monumental mentira difundida por la inteligencia castrocomunista con su aparato de propaganda, porque si fueran ciertos algunos progresos en Cuba con el régimen marxista leninista, también así como se declara admiración por Castro, habría que exaltar a Hitler, quien consiguió en los primeros años de su gobierno destacados progresos económicos y sociales, reduciendo drásticamente el desempleo en Alemania en plena depresión mundial.
La fábula del heroísmo del pueblo cubano, dirigido por el partido comunista en contra del imperio yanqui, es otra patraña de la camarilla, porque desde la desaparición de la Unión Soviética, Cuba dejó de ser un santuario de Kremlin y por ello una invasión de Estados Unidos a la isla era como gastar pólvora en gallinazo, porque derrumbar al gobierno comunista implicaría que por lo menos 6 millones de cubanos irían a parar a La Florida.
La isla de Cuba ha sido un país sumiso cuya población se somete fácilmente a la mano dura, recordando que fue la última nación de Latinoamérica que se independizo de España, con la ayuda de EE. UU., y lo hizo casi 80 años después de la emancipación del resto de naciones Latinoamericanas, con lo cual se puede explicar antropológica e históricamente la duración de la monarquía de los Castro, que como verdugos del pueblo cubano no solo mediante la violencia brutal han reprimido a la población, sino que también lo han hecho a base de mentiras como la del supuesto “bloqueo” de Estados Unidos, cuando el termino preciso es embargo que data desde 1961 en donde Cuba no puede comercializar con su vecino del norte, pero perfectamente lo puede hacer con más de 200 países que existen en la tierra, por ello el termino bloque es una invención.
El mundo mejor del que hablaba Fidel Castro es una gigantesca falsedad. Es una paradoja que un personaje patológico que mediante la vesania impuso los dogmas del esperpento marxista a los cubanos y que lo mismo quería hacer con América Latina realmente buscara el bienestar de la humanidad; ya que el accionar del comunismo totalitario como enemigo de los pueblos se fundamenta en una concepción facinerosa para oprimir a las masas con una oligarquía (nomenclatura) cuando logra conquistar la dirección del Estado. Por ello precisamente es que los amantes de la libertad deben de defender la democracia ante las acechanzas del comunismo totalitario, porque ese engendro es la antítesis del mundo mejor, que se puede construir con hombres y mujeres de buena voluntad y que no consideren a la burocracia del Estado como su dios.