En un detallado y minucioso informe denominado El estado del conflicto en Colombia durante el año 2013, realizado por la Fundación Paz y Reconciliación, el analista Ariel Ávila y su equipo investigativo, en el capítulo que concierne a las Fuerzas Revolucionarias de Colombia (FARC-EP), logran dilucidar con datos fácticos cómo se encuentra esa guerrilla en el presente, en medio de una negociación de paz en La Habana.
Así las cosas, el documento revela que las Farc hoy tienen poco más de 11 mil combatientes, nueve mil menos de los que salieron campantes después del fracaso del proceso de paz del Caguán. No obstante, según este estudio, se calcula que entre miembros del Partido comunista Clandestino, el Movimiento Bolivariano, milicianos y personas que en cierto grado son colaboradores; esta guerrilla no contaría con 11 mil seguidores sino con 40 mil. Un dato que está bastante lejos de los 9 mil guerrilleros que la fuerza pública piensa que debe combatir, seducir y terminar.
Este movimiento guerrillero se encuentra repartido en 11 regiones y 242 municipios de Colombia. Los cuales se han dividido en 20 compañías móviles, 21 columnas guerrilleras y 4 frentes urbanos que se mueven clandestinamente en las ciudades de Bogotá, Cali, Medellín y Barranquilla. Para obtener todo el control estratégico, las Farc crearon cinco grandes Bloques Guerrilleros, dos Comandos Conjuntos y un Bloque Móvil.
Respecto de los golpes obtenidos por la Fuerza Pública entre enero y septiembre de 2013 se presentaron 815 desmovilizaciones; así mismo las capturas fueron 1927, casi 100 menos que el año inmediatamente anterior. Lo que si aumentó un poco fueron las bajas, de las cuales se tiene el registro de 361 abatidos en los primeros nueve meses del año en curso. Mientras que en la otra orilla, el Estado puso exactamente 288 muertos y la considerable suma de 1991 heridos causados por la arremetida de esta guerrilla que no ha dado su brazo a torcer a pesar de encontrarse en plenos diálogos de paz. De hecho las acciones armadas que protagonizaron tuvieron el mismo promedio que las del año 2011, cuando apenas comenzaron los diálogos; este año se contabilizaron 2075 ataques.
En los corrillos de los medios de comunicación y de los analistas de la guerra se comenzó a fraguar la hipótesis de una supuesta división entre las Farc por el proceso de paz. Se llegó a pensar que el Bloque Oriental y el Bloque Sur no estaban del todo convencidos de la dejación de armas y por ello estaban actuando como rueda suelta, saboteando las negociaciones de sus superiores en Cuba. Sin embargo, dentro de la tregua navideña del año 2012 y ahora en la de 2013, fueron los grupos que más han respetado dichas condiciones. No por ello estos dos bloques han dejado de ser los más efectivos, por fuera de esa tregua fueron los que más actuaron, incluso, causando más de 200 atentados contra la infraestructura energética y petrolera del país.
En gracia de discusión, según el informe, arremeter contra la empresa privada que extrae petróleo y energía ha sido el gran objetivo durante los últimos años para las Farc. Durante el año 2013 la infraestructura energética del país sufrió 65 atentados directos, mientras que otros 170 golpes de pequeño y alto impacto fueron realizados contra oleoductos y demás estructuras del ‘oro negro’. Tal vez por ello el país hoy cuenta con 14 grandes estructuras militares creadas para mantener a salvo las miles de torres de energía y los diferentes oleoductos a lo largo y ancho del territorio nacional. Además, desde el año 2002 hasta la fecha fueron creadas 17 brigadas móviles para resguardar las más de 130 compañías energéticas y petroleras que trabajan en suelo colombiano.
Pero la estrategia armamentista del Estado, parece ser no ha sido la mejor. Se ha tapado la cabeza pero descubierto los pies. Verbigracia: “en Arauca por ejemplo el 81% del total de la tropa del departamento custodia la infraestructura energética y sólo un 19% combate”, revela el documento, lo cual le ha dado un poderío guerrerista a la guerrilla en dicha zona del país. A su vez, las Farc ha impulsado un plan de extorsiones que han logrado intimidar a los empresarios extranjeros. El objetivo de las “vacunas” no son las compañías como tal, sino sus contratistas los cuales se encuentran desprovistos de cualquier seguridad. Se cita el caso, por ejemplo, de la compañía argentina Pluspetrol que ante tanto acoso a sus y trabajadores decidió abandonar el país.
Resulta paradójico creer que una guerrilla con apenas 11 mil hombres, o los 9 mil que registra el propio Estado, ejerza tanto poder en las políticas de Colombia si se tiene en cuenta que actualmente -entre mujeres y hombres- el país cuenta con al menos 500 mil miembros inscritos en la su Fuerza Pública. Más del 1 % de la población Colombiana, dice el documento. “Al analizar las diferentes regiones donde opera, se podría concluir que las FARC nunca estuvieron tan debilitadas como se dijo en el segundo mandato de Álvaro Uribe” logra concluir este valioso estudio de Paz y reconciliación.
*El informe de la Fundación Paz y reconciliación se puede descargar completo en la página web www.pares.com.co