El colombiano volvía a ser la figura de su equipo. Un remate suyo desde fuera del área le significó al Madrid ponerse arriba en el marcador. El colombiano no sólo convirtió un golazo sino que colaboraba con la marca, bajaba, hacía el despliegue físico que lo convirtió en un inamovible de Ancelotti. Pero Zidane, su actual técnico, definitivamente no lo quiere. Prefirió sacarlo a él y no a Asensio, una de esas mentiras que el club blanco acostumbra a promocionar con su descomunal maquinaria de prensa y metió al deslucido Isco. De la rabia dejé de ver el partido.
Es que ver al Rea Madrid se ha convertido para los colombianos en una verdadera tortura. La verdad no entendemos que es la cosa personal que le tiene Zidane al 10. Cuando regresen Bale y Cristiano volverá a ser el tercer cambio. Una lástima que se queme así un crack de sus dimensiones. Una pena que se le de prioridad a los jugadores españoles por encima de las capacidades del goleador del último mundial.
Mientras tanto nos seguiremos preguntando, ¿cuál es la bronca que le tiene Zidane a James? Creíamos, cuando se fue Benitez, que le llegada de un crack iba a ser lo mejor para un jugador que se justifica es por la tenencia de pelota. Creíamos que lo iba a entender, que lo iba a mimar porque lo que necesita un muchacho como James es cariño. Contrario a eso le entregó una hora de fútbol y lo vuelve a señalar sacándolo de primero (Casemiro había salido por lesión) señalándolo del pésimo nivel que ha demostrado el cuadro merengue esta tarde en Barcelona. Ojalá se hubiera ido al Inter de Milán en donde lo querían como fuera – fue el único equipo que estuvo dispuesto a dar una suma parecida a los 75 millones de euros- y no acá, mendigando minutos él que es un crack, él que cuando tiene un milímetro demuestra que está hecho del mismo material del que están hechos los sueños