En el país del "no al castrochavismo" ganan las corporaciones tras el poder, pierden las luchas ciudadanas o sindicales. Sin embargo, los ignorantes creen que es en Cuba, Venezuela, Ecuador, Bolivia donde la gente vive peor. Conozco Cuba y pude darme cuenta de que nadie duerme en la calle, no se muere sin atención médica o deja de ir a la escuela. Aquí, en el país del terror al famoso castrochavismo los bancos dejan a familia enteras durmiendo en la calle; la gente se muere en los hospitales; los jóvenes no pueden ir a la universidad; los páramos son privatizados; los impuestos ahogan a la gente; los salarios mínimos son una miseria; las leyes favorecen a los poderosos; los políticos se roban impunemente el heraldo público, pero no, según los loros, en Colombia no existe la expropiación como si el hecho de que a uno le expropien el derecho a la felicidad no fuera el peor de los sistemas.
No, no, en Colombia no hay violación de los derechos humanos, este es el país donde usted puede reclamar, opinar, criticar sin correr el más mínimo riesgo. Sí, cómo no, aquí no hay presos políticos porque hay muertos políticos. Las tumbas y fosas comunes están llenas de periodistas, maestros, líderes indígenas, lideresas, voceros estudiantiles, campesinos; las cárceles están llenas de gente pagando condenas altas por robarse un racimo de plátano, mientras los líderes que se roban el heraldo público viven felices en sus casas mientras esperan salir de pagar sus condenas irrisorias para disfrutar sus miles de millones de dólares.
Sin embargo, los ignorantes siguen creyendo que la tal ideología castrochavista es la culpable. Yo aplaudo a un país como Bolivia que fue capaz de recuperar el agua que le habían vendido a las multinacionales; a una Cuba donde lo único que usted tiene que hacer es estudiar y donde la gente tiene medicina preventiva, y saben qué, la gente es feliz y no vive en el arribismo. Sabía usted que en Cuba la gente es dueña de sus casas, incluso puede venderlas, ah, pero después no vaya donde le gobierno a decirle que le dé otra casa. Claro, no puede viajar, porque a los cubanos las embajadas aliadas de EE.UU. no les dan visa, y porque claro, no viven en la otra cara de la moneda capitalista, la democracia neoliberal, pero les puedo asegurar que la gente es más feliz que aquí, en este país que quieren salvar del famoso castrochavismo.
Por supuesto, para terminar esta columna, pues si los exguerrilleros quieren hacer política, tendrán que abrirse camino en la opinión, saldar cuentas con la justicia, ganarse el perdón, todo no se les puede dar en bandeja, pero no me digan que los delincuentes políticos que han gobernado este país (muchos de ellos están en la cárcel o en el exilio) son mucho mejores que ellos, no me como ese sapo de veto moral [yo prohíbo] con el que pretenden camuflar lo que llaman corrupción, que no es otra cosa que delincuencia de cuello blanco. Eres un hampón cuando vendes los recursos naturales, cuando te importa un comino la felicidad de la gente, cuando privatizas con tus amigos la salud, la educación, el transporte, lo público.
Eres un hampón cuando mientes ante la opinión pública para sonsacarle el voto en la urna, y luego te vuelves contra el pobre en favor de las multinacionales. Este es un país hipócrita, de falsa moral, acrítico, arribista, enfermo mental, amnésico, pero sobre todo y muy a flor de piel, este es un país lleno de asesinos que saben ordenar sus mafias para el control social, económico, territorial, crítico. Este es un país lleno de lobos vestidos de ovejas que asisten a misa cada domingo, se hacen santificar en las iglesias cristianas y comulgan con una moral traslapada de homofobia, pedofilia, machismo, sectarismo, racismo, clasismo, xenofobia, arribismo y de exclusión. Este es un país apocalíptico, lleno de plagas para el que nunca llegará un salvador. A este país solo le espera el exterminio, pues cada nueva vida que aquí apagan a tiros apaga la esperanza de algún día ser un poco mejor.