Hoy en día en Bogotá, la capital de Colombia, existe un gran debate en materia de movilidad, este está relacionado con qué modelo de transporte público es mejor para la ciudad. Existen dos opciones: por un lado, el TransMilenio (sistema de autobuses rápidos), que es el que existe hoy en día; por otro lado, encontramos la posibilidad de intentar implementar el sistema metro en Bogotá.
Siendo así, es importante mencionar que esta discusión se ha dado en Bogotá desde finales del siglo pasado, más específicamente con la llegada a la alcaldía de Enrique Peñalosa, que durante sus cuatro años (1998-2002) se encargó de introducir en la ciudad el sistema de autobuses rápidos (en el año 2000), dando como resultado en su momento una revolución bastante grande en materia de movilidad. Sin embargo, con el paso de los años, TransMilenio se fue convirtiendo en un sistema de transporte obsoleto, que no cubre a cabalidad las expectativas de la ciudad.
Pasaron los años y TransMilenio continúo funcionado en Bogotá, a pesar de todas las dificultades a las que se enfrentaba y a que una gran cantidad de ciudadanos ya demostraba un gran descontento con este modelo de transporte público, pero no fue hasta la llegada de Gustavo Petro a la alcaldía (2012-2016) que se volvió a retomar el tema del metro de una manera seria, dando como resultodo que se hicieron de nuevo estudios para revisar la viabilidad de introducir este sistema de transporte en la ciudad.
Durante ese periodo y de ahí en adelante se empezó a hablar de la necesidad imperiosa de la implementación del sistema de metro en la ciudad y de esa manera sustituir el modelo existente. Esta teoría se empezó a ver reforzada por el mal funcionamiento del sistema TransMilenio en la ciudad, ya que empezó a ser ineficaz y entre los citadinos se empezó a conocer como lata de sardinas, ya que al pasar uno a su máxima capacidad a uno se venía a la cabeza eso. Además, existía una deficiencia en cuantos los tiempos de espera, los pasajeros tenían que aguardar hasta media hora o más para poder subirse al servicio que necesitaban.
Teniendo en cuenta esto, el debate empezó a tomar una mayor importancia, más que todo en el tema de la capacidad que puede ofrecer cada uno de los sistemas de transporte anteriormente mencionados. Por un lado, encontramos que un bus de TransMilenio puede transportar aproximadamente entre 150 a 250 personas, esto dependiendo si es un bus básico (dos vagones) o uno biarticulado (tres vagones). Por otro lado, tenemos que un metro básico de tres vagones, y teniendo en cuenta que puede tener muchos más vagones, puede transportar fácilmente hasta el doble o el triple de personas que un TransMilenio. Esto hablando estrictamente en cada viaje que realiza, bien sea el metro o el TransMilenio.
Al ver estas cifras, se entiende la necesidad de implementar un sistema como el metro en Bogotá, un ciudad que en la actualidad cuenta con aproximadamente 10 millones de habitantes. No obstante, eso no quiere decir que se tenga que desechar la infraestructura y el servicio del TransMilenio en Bogotá, con el que la ciudad ya ha convivido 20 años. En este caso, considero que se tiene que pensar en un modelo complementario en donde en la ciudad puedan coexistir los dos modelos, siendo el principal el metro y el TransMilenio sea un servicio alimentador.
Y esto es algo que no está muy lejano de verse, ya que el año pasado se firmó el decreto que da vía libre a la primera línea de metro en Bogotá y en este se empezará la construcción de este bien tan necesario para la ciudad. Se aspira a que en un plazo de 5 años la ciudad pueda por fin tener un metro y de esa manera poder generar una nueva revolución en cuanto al sistema de transporte público en la ciudad.