“Sin sectarismos, pero sin ambigüedades”, decía el maestro Carlos Gaviria. Con esta frase llamaba a la unidad de la izquierda colombiana de manera pluralista, pero también hacía énfasis en que todo debía ser en el marco de los principios fundamentales, sin ceder un solo centímetro.
Sin embargo, el Polo Democrático Alternativo, partido al que el maestro le dedicó los últimos años de su vida, está fragmentado en dos grandes grupos y su ideología es dispar cuando se acercan épocas electorales. ¡El Polo está dividido!, pareciera un titular de los diarios que circulara cada cuatro años, y es que las divisiones han sido frecuentes desde que se formó el partido.
La primer crisis se dio en el año 2007 y se dio entre Gustavo Petro, que para ese entonces hacía parte del partido y Carlos Gaviria, entorno a la postura del partido frente a las FARC y el tema Samuel Moreno. En el año 2011, Jorge Enrique Robledo y Petro cazaron una pelea por la decisión del hoy jefe de la Colombia Humana de reunirse con el entonces presidente Juan Manuel Santos, lo cual le costó la salida junto con otro grupo de militantes del Polo. Por último, en el año 2017 nuevamente Robledo protagonizó una pelea interna contra Clara López quien decidió salir de las toldas del Polo Democrático Alternativo argumentando que no había espacios democráticos y se estaba eliminando el pluralismo de manera sectaria.
En la actualidad, se está calentando una nueva fragmentación del partido. Por un lado se encuentra un grupo mayoritario entre los que se encuentran los senadores Iván Cepeda, Alexander López, Wilson Arias, Jesús Alberto Catilla y Germán Navas Talero, quienes son reacios a las decisiones electorales que ha tomado el partido en los últimos años. Por otro lado, se encuentra el grupo de Jorge Enrique Robledo, acompañado de Álvaro Argote y el concejal Manuel Sarmiento, quienes son minoría pero tienen el control del Comité Ejecutivo y del movimiento sindical. Éstos últimos, son proclives a una coalición con el Partido Verde a la hora de las elecciones.
La coalición con el Partido Verde ha sido relativamente exitosa para el partido de centro, lo cual lo ha fortalecido en Bogotá y todo el país. Sin embargo, para el Polo no ha sido tan fructífera la alianza. En las elecciones del año 2019 perdió una curul en la capital, su fortín. En cuanto a las JAL, pasó de tener 24 ediles en el año 2015 a tan solo 11. ¿Será que el futuro del Polo está en “cargarle la maleta” al Partido verde?, tal y como lo dice el Concejal Carlos Carrillo, miembro del Polo. ¿Cuántos escaños perderá en las próximas elecciones legislativas el partido?, estas preguntas resaltan la necesidad de un congreso que defina cuál será el futuro del partido y elija un comité que haga honor a la frase “sin sectarismos, pero sin ambigüedades”.
