Cumbre, según el diccionario es la cima de un monte, punto culminante, apogeo, máximo, pináculo. En resumidas no reúne un significado claro que indique que allí se tratarían temas verdaderos y de interés popular, que terminarían por definir la realidad de cada uno de los países. Podría haberse llamado de otra forma como por ejemplo: tertulia de las américas.
No se escuchó a muchos que fueron a exponer sus puntos de vista como expresidentes, cacerolazos, libertad para presos políticos, de los cuales se encargó la prensa internacional y que aunque no se trataron hizo parte del evento.
Los discursos o más bien peroratas, sin un valor constructivo ya no son oratorias de sabios estudiosos de las políticas internacionales. Se defendió el pensamiento de unos cuantos que creen que son los únicos pensadores de la tierra, mientras sus pueblos protestaban porque dentro de sus países no hay más que hambre y corrupción.
El dinero de los impuestos de los pueblos, los préstamos internacionales, y el resultado del narcotráfico, el secuestro, la extorción, convertido en armas por todos lados, hablan de paz y de abrazarse, pero mantienen la caldera prendida para acabar con quienes no piensen igual a ellos.
Se habló de democracia, inexistente en países donde la opresión y la libertad de prensa son nula porque los periodistas no hablamos bellezas de mandatarios ineptos que solo gastan el dinero en publicidad egocentrista para idiotizar a los pocos que creen las mentiras.
Los países que conformamos las américas tienen presidentes que hablan y pregonan libertad para ellos, pero no para sus pueblos. No buscan soluciones para acabar el hambre y la miseria. Por otra parte exigen respeto, que nadie intervenga en sus asuntos así atropellen a unos y a otros que no comparten sus pensamientos. Es como si en un barrio los vecinos aceptan que uno de ellos es lo peor del mundo y los demás lo aceptan como alcahuetes perversos. Una América así no es progresista, falta a los derechos humanos y todo lo que se diga es falso de toda falsedad; se convierte en otro engaño para los pueblos oprimidos por todo tipo de politiquería, inventada para ganar poder y humillar a los pueblos.
Los apretones de manos una y otra vez no significan nada. Los resultados de tanta palabrería, dicen los mismos protagonistas, darán resultados después de muchos, muchísimos, no se sabe cuántos años, porque hay que cambiar el desorden dejado por quienes han actuado en esas películas inolvidables para la humanidad.
Los pueblos ya no son tontos, cuando eligieron sus presidentes, lo hicieron con la esperanza de mejorar sus vidas. Los cambios de sentido de las políticas para dirigir un país, siempre han terminado en fracasos y eso lo cuenta la historia. Los presidentes jóvenes han olvidado que las herencias como las del comunismo, el socialismos, el marxismo y cuanta mentira se han inventado los que quieren poder, para enriquecerse, y maltratar a sus pueblos, han terminado derrotadas y no han dejado cambios claros para la vida de los pueblos; Sus dirigentes o mueren, o los encarcelan; Detrás, quedan historias tristes, recuerdos malos que contara por años la humanidad.
Mientras en los pasillos de los grandes hoteles, restaurantes, salones de convención, quedan los olores a perfumes y fragancias, el recuerdo para los pueblos es que unos representantes de los países andan más cuidados que delincuentes; Si fueran apreciados no necesitarían quien los cuide. La cumbre o tertulia involucro en el gasto, a los presidentes que dicen ser austeros; esos dineros habrían servido para mejorar la vida de muchos panameños que también sufren el desprecio de sus presidentes.
Para mejorar la vida de los países no se requieren espectáculos tan pobres, como para muchos lo fue la famosa cumbre de las américas.
