Con motivo de las movilizaciones y los paros que se realizan en Colombia desde el 28 de abril, Aida Quilcué, coordinadora nacional del Cric (Consejo Regional Indígena del Cauca), dijo en una entrevista con Blu Radio que la finalidad del paro era buscar un cambio estructural. Lo que se podría asimilar a plantearle a los indígenas que renuncien a sus usos y costumbres, debido a que la afirmación de la señora Quilcué responde a la fórmula marxista de defenestrar la democracia con todos sus defectos por una dictadura que envilece en grado sumo a las masas; puesto que la lucha social, al no ser patrimonio exclusivo de un proyecto político determinado, bajo ninguna circunstancia puede ser instrumentalizada por partidos o facciones que responden a ideologías totalitarias. Por lo tanto, cualquier protesta social que no es manipulada políticamente debe buscar legítimamente las reivindicaciones concretas e inmediatas de una población.
La denominada izquierda en Colombia promete cambios estructurales, pero cuáles. ¿Será para copiar el sistema de Venezuela o Cuba, que son rotundos fracasos sociales, económicos y humanos? A los seguidores de la estafa comunista del marxismo-leninismo, especialmente, poco les interesan los sufrimientos y la miseria de las masas, pues lo que quieren es el poder per secula seculorum. Por eso buscan engañar a sectores atrasados y marginados.
Seguidores de la llamada izquierda dicen que gobiernos de esa corriente no han habido en Colombia en 200 años. Sin embargo, si nos atenemos a la Revolución francesa, en donde surgieron los términos izquierda y derecha, nos encontraríamos que en la lucha por la independencia los primeros presidentes estuvieron influenciados por las ideas de izquierda de sus épocas. Además, en el siglo XIX, los gobiernos de José María Melo y Tomás Cipriano de Mosquera con sus 4 periodos estarían inmersos en la izquierda. De la misma manera, en el siglo XX, los 2 gobiernos de López Pumarejo se podrían señalar como de izquierda. Eso sin contar con que López Michelsen siempre decía que su gobierno era de centroizquierda. Y así como esos presidentes hay varios en los 2 últimos siglos. Pero otra cosa es el comunismo totalitario secta genocida y burocrática, que cuando hace oposición se viste de izquierda y cuando se toma el poder se convierte en lo más ultraderechista, creando monarquías sempiternas como la de los Kim en Corea del Norte.
También alegan que el comunismo totalitario o marxismo-leninismo, que ha demostrado hasta la saciedad ser enemigo de la humanidad (como actualmente sucede con el COVID-19 que se originó y propago desde China que tiene un régimen comunista), no ha gobernado a Colombia, pero también se podría decir lo mismo del nazismo y el fascismo. Y eso no quiere decir que sean buenos y humanistas, cuando la historia ha demostrado que su maldad es igual a la del comunismo y hay suficientes espejos de lo perverso que ha sido el marxismo. Tanto el fascismo, el nazismo y el comunismo vienen de la misma matriz hegeliana que proclama al Estado como un dios siguiendo el mantra de: “todo dentro del Estado, nada fuera de él”.
En la mayoría de los casos a los comunistas les da vergüenza presentarse como tal, y por eso utilizan diferentes etiquetas. De ahí que algunos países latinoamericanos han caído en la trampa histórica totalitaria, pues los marxistas se han disfrazado con el socialismo del siglo XXI, el bolivarianismo, el indigenismo, el sandinismo, el progresismo o a veces se hacen llamar movimientos alternativos y, también se les aplica el apelativo de castrochavismo, pero son la misma perra con diferente guasca, cuyos resultados son nefastos para los pueblos.
Si se trata de cambios estructurales, la historia es muy rica con personajes que prometieron eso y mucho mas, mediante grandes reformas y revoluciones, pero fue peor el remedio que la enfermedad. Esas situaciones puntales se presentaron con Hitler en Alemania, quien como un mesías prometió el cambio, la revolución y el socialismo. También Mussolini, después de abandonar al partido socialista italiano, como buen marxista fundó el fascismo para volverse más revolucionario. Igualmente no se puede olvidar a Fidel Castro que en Cuba surgió como el iluminado, que llevaría a los cubanos a la felicidad y prosperidad mediante el cambio de modelo, y ya sabemos cuáles han sido los resultados para la isla con el gobierno comunista.
Hugo Chávez en Venezuela proclamó el cambio estructural con grandes transformaciones revolucionarias, y encontramos hoy un país empobrecido y calamitoso, con una crisis humanitaria que la bestia de Nicolás Maduro se niega a reconocer; todo esto en buen romance significa que el cambio prometido por ciertos sectores de lo que llaman izquierda es una entelequia, para engañar a las naciones y montar tiranías comunistas oprobiosas.
Lo que se conoce como izquierda comenzando por la marxista-leninista se desgañita diciendo que las organizaciones sociales y sindicales hacen parte de sus activos, lo cual es otra falsedad, pues en estos sectores debe de primar el pluralismo ideológico que no permiten que sean correas de transmisión de ningún partido, a lo que se debe agregar que en muchas oportunidades el comunismo totalitario ha sido el principal verdugo de los trabajadores a nivel mundial y nacional.
No se puede olvidar que de los más de 3000 sindicalistas asesinados durante el conflicto político-militar, se estima que el 50% fueron víctimas de las guerrillas comunistas, comenzando por José Raquel Mercado presidente de la CTC (Confederación de trabajadores de Colombia) quien fue secuestrado y ultimado en abril de 1976 por el M-19, grupo armado de procedencia marxista, cuyos principales jefes habían militado en las Farc. En esas condiciones no hay motivo para decir que el comunismo totalitario con la llamada izquierda posee la paternidad de las organizaciones sociales y sindicales.
El cambio estructural que promete la denominada izquierda con sus diferentes partidos y grupos para las elecciones de 2022, es otra trama para atraer incautos, dado que hay que mirar al vecindario para saber que sus correligionarios del chavismo llevaron a la ruina total a Venezuela, el país más rico de la región, porque el comunismo tiene la facultad de convertir la riqueza en miseria, para que las masas se vuelvan más dúctiles al régimen totalitario. Así que los colombianos no debemos hacer caso a falsos redentores, que con fantasías comunistas engañan a los pueblos.