Tal vez en su mejor momento, Juan Guillermo Cuadrado tiene que desaparecerse del mapa. El último partido que jugó fue el 23 de diciembre y desde entonces no está siquiera convocado. El club mantiene un halo de misterio: nadie dice qué tiene realmente. Solo se conoce que le duele la ingle.
Sus mejores presentaciones con la selección eran cuando jugaba en la Fiorentina, ni siquiera la mitad del nivel que tiene ahora. Brilla y pelea el mejor puesto del mejor equipo de Italia. Era el mundial de Cuadrado. Podría ser el mundial de Colombia.
Pero no estamos para grandes cosas. Seremos pobres mental y espiritualmente siempre. Se nos lesionó el mejor 9 del mundo en su momento, y ahora que lo recuperamos en buen nivel, Cuadrado podría estar viéndolo desde la casa. Súmenle que, siendo éticos, Cardona y Barrios no deberían siquiera ser llamados al teléfono por Pékerman. Y Fabra... dudoso.
Nunca pensamos en tener un mejor equipo que el del 2014, pero poco a poco, y después de oscuros momentos, esta selección fue cogiendo forma. Una especie de renovación, con una defensa mil veces más sólida que la de hace cuatro años... Soñamos. No todo está perdido, tal vez podamos conseguir subir el nivel de los que quedan, y la verdad, Dios quiera que cuadrado logre recuperarse.