Jhenifer Mojica fue una de las descabezadas por el Presidente Petro en el último revolcón ministerial del pasado julio, después de poco más de un año en el cargo en el que reemplazó a la economista Cecilia López. Mojica venia de ser la segunda en la Unidad de restitución en cabeza del indígena caucano Giovanny Yule y logró escalar gracias al respaldo del influyente Daniel Rojas, quien le propuso su nombre al Presidente.
En el remezón salieron Luis Fernando Velasco del Ministerio del Interior, Catalina Velasco del Ministerio de Vivienda, Aurora Vergara del Ministerio de Educación y Néstor Osuna del Ministerio de Justicia, ninguno de los cuales siguió vinculado contractualmente con el gobierno Petro, como si hizo Mojica. Mientras se postulaba para el cargo de Defensora del Pueblo, le tocó la puerta al ministro de Hacienda Ricardo Bonilla.
La movida fue calculada. La Ministra de Agricultura había nombrado el 13 de junio 2023, meses antes, a Claudia Liliana Cortés, la esposa de su colega el también recién llegado al gabinete ministro Bonilla, como directora de la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria (UPRA) dentro del Ministerio de Agricultura. Una jefatura con importante responsabilidad y relación con la ministra cuyo ingreso asignado alcanza los $ 8 millones.
El ministro Bonilla le aseguró a Mojica un contrato express como Asesora Grado 18 con un ingreso de $ 16 millones mensuales que firmó el 6 de agosto del 2024.
Estuvo solo un mes desempleada y ahora representa a Bonilla en reuniones del sector agropecuario donde no siempre ayuda a que las cosas fluyan con su sucesora Martha Carvajalino, quien tuvo un efímero paso como Viceministra cuando Jhenifer Mojica era la Ministra y renunció en términos agrios.
