Ya que Gabo sigue estando en boga de la prensa y que se siguen escribiendo elogios a uno de los colombianos más importantes de la historia, nosotros nos vamos a atrever a deshonrarlo un poco y usar su creatividad para hablar del Centro Democrático y titular éste episodio: “Crónica de una chuzada anunciada”. Y es que lo que está sucediendo en éste momento con Óscar Iván Zuluaga, el candidato del Centro Democrático (Le quitaron el “Puro”, pues evidenciaba que era una palabra excluyente, aunque la idea se mantiene) y el vínculo de su campaña presidencial con Andrés Sepúlveda, el hacker que tenía interceptados los correos de los negociadores en La Habana, no necesita más testimonios que las mismas declaraciones de Uribe y su séquito de Bonds o Holmes, y no Holmes de Carlos Holmes Trujillo, sino de Sherlock Holmes.
Y es que todo concuerda con una orden aristotélico, tanto que no necesita sacar conclusiones expresas para entender la situación, y más aún, la gravedad de la situación que no necesitaba más pruebas que las que ya existían, pero que es una alerta a la justicia colombiana para que enfile sus armas en defensa del habeas data y de la información privilegiada del Estado. Para empezar, el más fehaciente opositor al proceso de paz en La Habana ha sido Álvaro Uribe Vélez. Su vida de ex presidente se ha caracterizado por una lucha que resulta inusual por el perrenque, la soberbia, la entrega y la astucia (Uribe es un astuto, muy a pesar del país) con la que emprendió la cruzada en contra de las negociaciones con la guerrilla de las FARC. Al parecer, la falta de oficio lo ha llevado a ser el más rabioso opositor del gobierno que él mismo se encargó de montar en la presidencia, especialmente por no continuar su principal línea ideológica y quizás el único argumento con el que convence a sus seguidores: su lucha armada contra las guerrillas colombianas. Entonces, por ahí podríamos empezar para atar cabos y pensar que la mezcla rara de su rancia oposición al proceso y sus malas costumbres de chuzar y espiar, como en un estado policial, llevarían al Uribismo a querer tener “chuzados” a todos los negociadores de La Habana.
Pero si no es suficiente con eso, recordemos aquel “tuiterazo” de Alvarito, en el que denunciaba el traslado de unos guerrilleros que iban para la mesa de negociaciones en La Habana. Se podría pensar que cualquier rabioso ve cosas donde no las hay, o se las inventa y por ser Uribe la gente le da importancia, pero no. Aquel “tuiterazo” contenía además coordenadas precisas y confidenciales de las Fuerzas Militares de Colombia sobre la operación de traslado de los guerrilleros, sigue la duda si aquella información fue suministrada o no por las Fuerzas Militares, aunque muy arrepentido Uribe escribió en su cuenta de Twitter: “Yo soy el único responsable de las coordenadas. Lo hice porque la impunidad al terrorismo es inadmisible. No presionen al Ejército”. Entonces, sigue la duda de cómo obtuvo el jefe del Centro Democrático esa información.
También el 22 de Marzo del presente año, de nuevo el jefe del mencionado partido de malas costumbres insistió en que el presidente Santos sacará de Colombia al guerrillero Alias El Paisa, así lo dejó claro en una entrevista con Caracol Radio: "El gobierno del presidente Santos planea sacar a este individuo a Cuba, en lugar de arrestarlo”. Quizás se abstuvo ésta vez de dar coordenadas exactas, queriendo evitar la reapertura del proceso en su contra por espionaje. Así, si lo anterior no resulta una evidencia, por lo menos de carácter moral y de opinión, que lleve a los colombianos a rechazar rotundamente las actuaciones del Centro Democrático, nada podría hacerlo. Ahora Uribe denuncia al presidente Santos de vínculos con narcotraficantes, lo que ratificaría que sus más cercanos colaboradores terminan siempre involucrados en conductas corruptas y penales.