Guillermo Valencia, campesino nacido en la vereda Las Piedras, a 24 kilómetros de Popayán, en la vía a El Tambo, recuerda la experiencia ingrata de Batanicos, prospera finca ganadera de 300 hectáreas, que Olga Lehman, cedió al M-19 para que guerrilleros desmovilizados emprendieran proyectos productivos. “Inicialmente doña Olga hizo contactos con dirigentes de la guerrilla y sin tener en cuenta a los vecinos del sector. Conocíamos a los guerrilleros porque por ahí pasaban en sus caminatas a la costa pacífica. Después de la desmovilización conversamos con Navarro, Pizarro y nos prometieron ayuda. Los guerrilleros que se asentaron en Batanicos, al mando de Rene, no tenían experiencia en el campo, ni sabían trabajar. Llegaron armados y se dedicaron a tomar trago, a jugar gallos en veredas como Piagua y San Juan y a enamorar mujeres por las buenas o malas, sin importarles si eran casadas…por ahí hay más de 15 muchachos que no saben quién es el papá. Rene, el líder más claro y serio, poco permanecía en la finca. A cada rato armaban peleas, algunos se mataron entre ellos y a varios vecinos de los cuales sólo les cobraron a dos. Nos sentíamos intimidados porque vivían armados…no tenían educación, no trabajaban, sólo esperaban la ayuda del gobierno para emborracharse y jugar. Menos mal que no quedan fincas grandes en la vereda, para que no nos vayan a traer a los desmovilizados de las Farc”.
“En el municipio del Tambo han estado todas las guerrillas y después nos tocó aguantarnos a los paramilitares de las AUC, que en el corregimiento de San Joaquín, a 10 minutos de Batanicos, instalaron un campamento para 40 hombres. Entre lo positivo, logramos qué Navarro, cuando fue ministro de salud, nos colaborara con algunos proyectos e hiciéramos convenios con El Sena, para realizar cursos de electricidad, ebanistería y primeros auxilios. También logramos un programa de educación para adultos, en el que nos inscribimos más de 50, pero con la llegada de los paramilitares, mucha gente se retiro por miedo a que nos señalaran de ser del M19. Sólo terminamos el bachillerato 16. Los reinsertados que tenían parcelas las vendieron y hoy en día la mayoría de Batanicos que fue una finca productiva, está abandonada”. El problema se da cuando llegan guerreros reinsertados que no han vivido, ni trabajado en el campo y sus jefes permanecen en las ciudades dejándolos sin control”, termina.
En la próxima crónica referiré una experiencia positiva, la de las desmovilizadas autodefensas liberales de la vereda de Ortega, Cajibio, que nada tienen que ver con las AUC.