En la recta final de la contienda electoral el voto del incauto importa, cada indeciso cuenta. Decirle lo que quiere escuchar, mostrarse fuerte ante la adversidad y humilde ante el pobre es una buena forma de atraer a estos votantes.
Los políticos colombianos saben hacer muy bien esta tarea. Los genios en estos particulares son los representantes del Centro Democrático, han aplicado muy bien lo aprendido. Utilizan la violencia, el engaño, la publicidad exagerada, tanto en las redes como en las calles, y ensamblan en la imaginación de los votantes, al costo que sea, lo que quieren. Utilizan muy bien la vieja táctica: una mentira contada mil veces se puede volver verdad. Así sacan a la gente a votar verraca.
Por otro lado, aunque el coscorrón le minimizó popularidad a Vargas Lleras, lo ha sabido manejar mostrándose como un tipo humilde, conciliador y de buen humor. Imágenes en familia y rodeado de jóvenes le han ayudado mucho. En la otra orilla, la denominada centro izquierda, se muestra futbolera y dando discursos para el pueblo, Fajardo, De la Calle y Petro. Este último con la apariencia de hombre humilde y de pueblo, se le ha visto con sombreros, ponchos, ruanas, en fin, caracterizando al ciudadano de las regiones. Discursos con plazas llenas, diciendo las palabras correctas para el público.
Todos a su manera han hecho lo posible por ganarse al votante, pero lo visto en las redes sociales y en plazas públicas deja mucho que pensar. Se han dejado ver cuán arrogantes y banales son los políticos, solo les importan sus intereses. Además, han mostrado lo poco que les interesan los ciudadanos. Nos mostraron en la cara que nos conocen, que nos han moldeado a su acomodo y harán lo que sea para conquistarnos sin importar la táctica.
Saben que el pensamiento de los colombianos es pobre y que actúan como pobres. Nos han hecho tan pobres que nos han encerrado en una lucha de Crocs vs Ferragamo, nos han llevado al extremo de discutir quién tiene mejores zapatos, cuáles son los más cómodos. Ya en el pasado fue pregunta de un debate cuántos pares de Crocs tiene el expresidente Uribe y su talla. Han puesto a los votantes a definir si es pobre el que usa las livianas chancletas y quien usa los formidables zapatos italianos es rico. Esto no deja de ser una insignificancia, ¿quién se va a creer que el expresidente Uribe tiene en su armario solo zapatos Crocs?, ¿que Petro es pobre?, ¿que Fajardo, Duque, Claudia López o Viviane Morales no tienen donde caerse muertos? Aunque parezca imposible sí hay gente que cree esto, el incauto, el indeciso, un colombiano pobre de pensamiento, de esos que tanto abundan en el país.
Petro, al igual que Duque y Vargas Lleras, como Fajardo y De La Calle, usan ropa, zapatos, medias, correas, etc., hechos en Italia, Londres, Francia, EE.UU., y eso está bien. En últimas es su dinero, pero en el centro de la discusión está en el tipo de desarrollo que quieren para los industriales colombianos, que no se debe quedar en el discurso de quien tiene más ropa de marcas reconocidas y extranjeras, sino en desarrollar una idea que pueda volver al pobre fabril colombiano tan rico como los industriales de Crocs y Ferragamo.
Ellos usan productos que son producidos por foráneo, allá se llevan todas las ganancias y son pocos los empleos en Colombia. Esta es la verdadera razón de la crisis en las pensiones, ellos por medio de su compra en el extranjero le dan el dinero para que se paguen las pensiones de los ciudadanos de otros países. No usan, en la mayoría de los eventos públicos en los que se les ve, ninguna marca nacional, aunque estas sean de igual o mejor calidad, e inclusive de menor precio que los extranjeros.
Ayudan directamente a que se cree una favorabilidad por los bienes producidos en otros países, dándole publicidad gratis o consentida, dentro de sus seguidores, que son pobres de bolsillo y de pensamiento, que van a consumir réplicas y/o imitaciones producidas en China y otros países asiáticos, quebrando directamente la industria nacional, los empleos del país. Ninguno producido en Medellín, Bogotá, Cali o Bucaramanga, donde trabajan los ciudadanos, que pagan impuestos, salud, educación, etc., en Colombia.
Esta descripción es la principal razón de nuestra pobreza. Los políticos que dicen representar el pueblo, ayudan a quebrar el mercado interno, hay muy poco desarrollo tecnológico e industrial para los bienes y servicios Made in Colombia. Ayudaron a quebrar la manufactura nacional con los TLC, para que compremos los productos en las empresas donde seguramente ellos tienen inversiones e intereses.
No deja de ser una banalidad absurda una pelea de ricos, creada por ellos, donde los pobres creemos que tenemos opinión.