En los últimos meses ha sido motivo de debate en la ciudad de Bogotá la propuesta de la alcaldía de incluir como parte del tratamiento del consumo de bazuco el uso de marihuana para contrarrestar algunos de los síntomas del síndrome de abstinencia, por supuesto la polémica no se hizo esperar en medios de comunicación. Aparecen una serie de editoriales de prensa donde inicialmente se tergiversa el sentido de la propuesta, tal vez con fines políticos, aparecen “expertos” descalificando de plano la propuesta, en base a las tergiversaciones iniciales y con críticas más llevadas por la moralidad que por la cientificidad en algunos casos.
En el trabajo clínico con adictos se observa a muchos consumidores de drogas pesadas (cocaína, bazuco e incluso heroína) quienes posterior a una fase de desintoxicación, y posterior continuidad de tratamiento ambulatorio, recaen por su cuenta y sin ninguna prescripción a consumo de THC (principal constituyente psicoactivo en las plantas del género cannabis). Manifestándoles a los profesionales del equipo interdisciplinario disminución en los síntomas de ansiedad, y mejoría en el patrón de sueño más allá de lo que ofrece la psicofarmacología tradicional, esto acompañado a futuro por deshabituación de consumo a sustancias y reducción de daños. Hay que aclarar que los síntomas de ansiedad y problemas en el patrón de sueño se encuentran presente en pacientes adictos al basuco en proceso de rehabilitación, aun después de pasar por un periodo de desintoxicación, Por lo que las alternativas que esta propuesta investigativa e interventiva en cuestión no sería del todo descabellada. Las críticas pudieron ir dirigidas también a la expectativa de un cambio de paradigma en el tratamiento de las adicciones, liderada desde la capital y con posibles aportes positivos en esta materia inclusive a nivel mundial, sin embargo, el sesgo de la información y el ataque político a la persona del alcalde y otros miembros de la administración distrital han dejado el debate en el tamaño de la inconveniencia o no de este método.
Es de reconocer, en medio de todo este frente contradictorio y crítico, después de décadas de guerra contra el narcotráfico basado en un enfoque dogmático y plenamente coercitivo, la valentía con la que presentan esta propuesta de avanzada, la cual no le debemos cerrar su llegada al mundo científico, sin antes explorarla y sobre todo intentarlo.
En una sociedad donde tenemos codificado en el Chip del pensamiento la crítica moralista y autoritaria producto de la crianza conservadora, una propuesta alternativa como esta deja un sinsabor a la primera escucha y un rechazo a ultranza en un sector de la opinión pública , más aun cuando existen en el espacio comunicativo titulares de prensa descalificadores, por ello la invitación en el plano de escuchar todas las ideas, como dicta el espíritu democrático es también ir a las fuentes originales de la propuesta y sacar opiniones propias, más allá de las convergencias o divergencias de las matrices de opinión creadas por algunos periódicos.