Simplemente porque está atravesando un serio trauma psicológico, donde, por un lado, el Presidente Santos la responsabiliza de la muerte de los niños guajiros, y por otro, por sus problemas sentimentales que invaden su corazón.
Y semejante par de golpazos, con sus lógicas e inevitables consecuencias colaterales a nivel judicial, social, a nivel del ICBF que dirige, a nivel familiar, pero principalmente a nivel personal, ameritan con urgencia que se retire por el bien de todo lo anterior, pero en este momento, principalmente, por el bien de ella.
Cristina debe irse. Alejarse. Mandar todo al carajo, empacar, viajar a un lugar muy lejano y regalarse un año sabático, que le sirva para lamerse las heridas, para reconfortar su alma, para aclarar y despejar su mente, y después de una limpieza interior profunda y positiva, volver a su Colombia, cuando los dos capítulos hayan quedado atrás y olvidados por los demás y por ella. Siendo la joven ejecutiva que es, después de ese “refreshing” espiritual y de imagen, tal vez puede regresar y buscar incorporarse a las funciones públicas o privadas, porque es una atractiva y dinámica mujer que le queda mucha por delante.
Es muy posible que ella no sea la directa responsable de la muerte de los niños en la Guajira. Evidentemente en el tránsito burocrático de los fondos y de los alimentos existan manos corruptas, que al privar de alimentos a los niños es como si con esas manos aprisionaran el cuello de las criaturas hasta causarles la muerte.
La Fiscalía debe esclarecer y muy rápidamente si Cristina tiene alguna responsabilidad o no en esta vergonzosa situación, que pasa en un país donde el Presidente posa de rico, comprando para sus invitados en la Casa de Nariño, almendras por $15 millones de pesos, mientras que los niños colombianos mueren de hambre.
Que trágica contradicción ante propios y extraños.
Por eso, creo que su cabeza está confusamente dividida en muchas partes.
Por su bien, por el bien de la investigación, y por darse la oportunidad de organizar también su corazón, Crisitina debe renunciar.
El tiempo, a nivel de todo lo demás, pondrá todo en su lugar.
