Sí creo en Dios, pero no en algunas iglesias, amo ser profesor y cuando estoy frente a mis estudiantes hago lo posible para convertirme en instrumento de paz, ejemplo y motivación, es decir, intento darle vida al evangelio.
He conocido ateos maravillosos promotores de valores y cristianos muy buenos de corazón, para mí es un orgullo tenerlos a ambos presentes en mi vida y también en las redes sociales; he conocido también muchísimos cristianos qué representan lastimosamente la doble moral, envidia, cizaña, hipocresía y mojigateria.
Nunca me inspirará confianza un cristiano o creyente uribista, pues es cómplice de corrupción, violencia, mafia, trampa y muerte, por lo cual prefiero mil veces la amistad de un ateo antiuribista que de un creyente y/o cristiano que rechaza la idolatría, pero
sustituye a Jesús por ídolos del uribismo, pues ese es el que se encarga de azuzar, polarizar y encender una "guerra civil" entre dos bandos.
Recuerden que un día Álvaro Uribe propuso una amnistía general, borrón y cuenta nueva o "perdón social" para aquellos que estaban pagando diversas penas en Colombia, con el fin de alcanzar la paz y salir de la polarización e incorporó a ex miembros de la guerrilla M 19 en su partido político; o acaso en la iglesia a la que usted asiste ¿qué hacen con las personas que piden perdón y quieren transformar su vida sirviendo de ejemplo para los demás? ¿es decir un infiel, un ladrón, un alcohólico, un guerrillero, un maltratador capitalista, un corrupto, a pesar de pedir perdón y cambiar, jamás podrá ser cristiano o pastor? Si a su iglesia hermanito (a), un hijo suyo que decidió ser guerrillero o paramilitar, una vez por el camino de la institucionalidad se desmoviliza, deseando asistir a vuestra iglesia, ¿ustedes no lo dejan ingresar a escuchar el mensaje del evangelio?
Para mí es mucho más valioso un ateo que no ha guardado silencio frente a los números hechos de corrupción y violación de derechos humanos en este Gobierno, que el cristiano que por tenerle asco a Petro, guarda absoluto silencio y se convierte en cómplice de muchas de las injusticias de este nefasto gobierno, más cercano a Satán que al mismo evangelio.
Así como una persona va cada domingo al gimnasio y en poco tiempo se evidencia en su estado atlético los resultados, un cristiano debe evidenciar en su postura política y actitud, tolerancia y coherencia con el evangelio, o sino ¿a qué va al templo?
Por eso aprovecho esta reflexión hoy viernes santo, para enviar un saludo muy especial y abrazo fraterno a todos esos ateos y también a esos hijos de Dios quiénes me han brindado su maravillosa amistad y me han enseñado con su ejemplo, expresando permanentemente respeto hacia mis creencias políticas.
¡Prohibido odiar!