Semestre tras semestre el panorama en la Universidad Distrital Francisco José de Caldas parece no mejorar. Los recientes enfrentamientos con el ESMAD en las sedes de Aduanilla de Paiba, sobre la calle 13 y La Macarena en la Circunvalar, son la evidencia del malestar que vive la comunidad universitaria.
La rectoría en cabeza del Ing, Giovanny Tarazona desde diciembre del año 2021 no ha generado los debidos procesos de contratación y adecuación de espacios que la comunidad universitaria lleva exigiendo desde antes de su posesión y que esta, prometió asumir y mejorar. Tanto que, mas de una semana después de haber iniciado actividades académicas no se cuenta con la completa contratación del personal docente y de bienestar universitario en las diferentes sedes, dejando carreras con clases sin docentes ni salones asignados, sin profesionales de psicología, deportes, cultura y mas preocupante aún, sin personal de salud ante cualquier emergencia. Junto a esto, se encuentra el improvisado transado de los proyectos de Matemáticas y la Licenciatura en Inglés (quienes no tuvieron sistematización a inicio de semestre para hacer su inscripción de clases), a un edificio perteneciente a la facultad económica de la Universidad Autónoma ubicado en la Candelaria, bajo un arriendo en pésimas condiciones físicas que imposibilita el buen desarrollo de clases, el edificio en cuestión se encuentra en completo abandono, con baños sin años de mantenimiento, espacios usados por habitantes de calle para hacer sus necesidades, techos rotos e infestados de palomas, animales muertos y demás. Que pese a ya haber iniciado clases, no cuenta con los arreglos y servicios pertinentes. Por ello actualmente la facultad de Matemáticas y Ciencias Naturales se encuentra en paro, a espera de una respuesta y acción eficaz por parte de sus directivos. A la par del descuido que está sufriendo la Academia de música ALAC (quien está adscrita a la Universidad), una academia de música que lleva mas de 60 años cultivando las músicas populares y tradicionales colombianas, no cuenta con personal laboral ni un presupuesto óptimo, lo que la ha llevado de tener a más de 500 estudiantes activos en el 2019 a tan solo 200 actualmente.
Cabe añadir que estas situaciones no son nuevas, llevan años pasando a espera de una administración que realmente tome con seriedad los diferentes problemas que tiene la Universidad de la capital del país; la cual cuenta con un alto hacinamiento en sus facultades principales, sin laboratorios eficientes, con denuncias de acoso que quedan a la espera, el retraso en la entrega de obras, etc. Y lo que resulta mas grave aún, con una contratación del personal docente que en su mayoría cuenta con precarias condiciones laborales donde hay atrasos con sus pagos, demoras en la afiliación a salud y pensión y sin espacios óptimos para desarrollar sus clases.
Este es el panorama de una de las principales Universidades de Bogotá, que cuenta con unos 30.000 estudiantes los cuales dejan en manos de de la administración Distrital su educación profesional.