La actualidad y el futuro al que se enfrenta la Universidad de Antioquia, luego de la designación de Mauricio Alviar como rector es crítica y nos pone en un estado de alerta, pues desde su campaña electoral ha hecho un despliegue mediático manifestando diferentes cambios y reformas en el alma mater. Entre dichas reformas, la más mencionada hasta hoy ha sido el cambio del examen de admisión. Sus propuestas y políticas nos han motivado a sumar esfuerzos sobre una base de unidad, teniendo como objetivo común la defensa de la educación pública y una Universidad de Antioquia con calidad al servicio de la sociedad.
Es necesario esclarecer a la comunidad universitaria y a la sociedad que los cambios anunciados y propuestos por el nuevo rector están sustentados en una falsa argumentación, que él mismo ha denominado herramientas para mejorar la calidad, la cobertura y disminuir la deserción. La verdad es otra: sus reformas están direccionadas por el Gobierno Nacional bajo los lineamientos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico –OCDE–, los cuales están plasmados en el Plan Nacional de Desarrollo y el Acuerdo por lo Superior 2034, en especial el capítulo 5, referido a la educación terciaria, la reorientación y la articulación de las mallas curriculares de la educación media, técnica, tecnológica y profesional con la formación para el empleo.
Estas políticas gubernamentales apuntan a un mayor detrimento de la educación pública, el colapso presupuestal de las universidades y la sustitución por un modelo educativo impuesto desde los Tratados de Libre Comercio, por exigencias del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, orientado al objetivo de universidades con ánimo de lucro, que convierta el derecho a la educación en un negocio para el capital financiero. No en vano los votos que impusieron al nuevo rector fueron los aportados por el presidente Juan Manuel Santos, su Ministra de Educación Gina Parody, el gobernador Sergio Fajardo, el exrector Jaime Restrepo Cuartas -exprecandidato a la Gobernación por Centro Democrático-, y un representante de los egresados, votos que reflejan los intereses de las maquinarias políticas y del establecimiento neoliberal que ha gobernado el país.
Este panorama nos ubica en una discusión y construcción que lastimosamente no fueron tenidas en cuenta en el pasado conversatorio del rector con los estudiantes. Se presenta una política educativa que no considera ni la democracia ni la financiación estatal plena como condiciones necesarias para la autonomía universitaria y para la calidad de la educación pública. No hay duda que a los estudiantes se les ha negado la participación democrática y no se han incluido los diferentes estamentos en las decisiones y discusiones en las que se encuentra inmersa la Universidad de Antioquia.
Los argumentos planteados para generar el cambio de examen de admisión carecen de sustento y muestran una serie de mentiras que intentan eludir el verdadero problema. La calidad, la deserción y la cobertura son problemas ligados a la financiación de la educación pública, no puede pretenderse que con un cambio en el examen se suplan las profundas falencias que ha dejado la crisis financiera del Sistema Universitario Estatal. Por otro lado, asignar la responsabilidad de calidad en los pregrados a los aspirantes es desconocer el estado de desfinanciación y baja calidad a la que también ha sido sometida la educación media en el país.
Sin democracia y participación es imposible plantear reformas y cambios en pro de la calidad y la equidad social, un cambio del examen de admisión actual, tal como se ha anunciado por los medios de comunicación, solo generará lo que desde diferentes espacios se ha denunciado: ampliar la brecha de desigualdad y reducir las oportunidades de acceder a la educación superior universitaria de los jóvenes en la región. Además, en un acto irresponsable se oculta dicha propuesta y se anuncia el cambio para el segundo semestre del 2015, tal es el nivel de improvisación e imposición en la actual administración, que en su afán por cumplir compromisos con el Gobierno Nacional pretende construir un nuevo examen de admisión en tan solo cinco meses.
Nuestra posición es clara e inamovible: la desfinanciación impuesta a la universidad ha profundizado la antidemocracia universitaria. Solo será posible plantear reformas que pugnen por el avance de la universidad si se hacen con verdadera participación democrática. Por tal motivo, invitamos a todos los estamentos a apropiarnos de nuestra alma mater, a desarrollar con responsabilidad y academia nuestro papel de universitarios, de manera que seamos nosotros con la movilización democrática y la construcción conjunta quienes generemos los espacios de diálogo y debate que permitan el avance y crecimiento de la Universidad en materia de calidad, investigación, docencia, extensión, inclusión y responsabilidad social, sin cesar en la exigencia por una financiación plena del sistema universitario estatal.
Firman:
OFAEIN (oficina de estudiantes de ingeniería)
Organización Colombiana de Estudiantes (OCE)
OFAE (oficina de estudiantes de derecho)
Proceso Nacional Identidad Estudiantil
Federación Universitaria Nacional (FUN) Comisiones
Colectivo de Educación Popular Paulo Freire
Articulación de Preuniversitarios Populares (POEEMA)
Colegiatura Consejo Estudiantil de Salud Pública
Estudiantes Independientes
Red estudiantil de ingeniería
Sindicato estudiantil (SIES)