Las ciencias sociales, como las humanas o las económicas, padecen una crisis representada en el cientificismo repetitivo de quienes abanderan estos estudios con fines dogmáticos o proselitistas. La carencia de método y el uso excesivo de falacias han retroalimentado un panorama de desgaste y optimismo en las ciencias, inculcando una delimitación a la academia y un desbordante desprecio hacia el estudio científico de las ciencias sociales.
Por ello, en el estudio hacia la colombianidad representando en la Cuarta Teoría Política en Colombia, se hace un énfasis de superación y riguroso método a lo existente para lograr un resultado óptimo en cuanto a construcción de Estado-nación. El Centro de Estudios Políticos para la Colombianidad se crea bajo este fundamento científico que tanto urge para la academia colombiana.
No obstante, se ha evidenciado una serie de prejuicios sobre el método científico, confundiendo el estudio objetivo con la teoría crítica del neo marxismo o el método de las escuelas liberales, o más extremadamente hacia una teorización ciega a los totalitarismos. Tan solo ver que neofascistas confunden al filósofo ruso Dugin con el fascismo como muchos marxistas confunden la Cuarta Teoría Política (CPT) con proto-fascismo disfrazado, es una de las causales que me incitan a dejar claro muchos aspectos básicos.
Primero, no se puede negar precisamente que la CTP en su estudio no deja a un lado teóricos o cuestiones con las teorías políticas de la modernidad, independiente de su origen o facción, pero son sólo aquellas que demuestras ser coherentes consecuentes y eficaces para la construcción de modelos alternativos.
Mientras el liberalismo es individualista, reduccionista y globalizante, como el marxismo materialista, determinista y tecnisista, como el fascismo racista, totalitarista y estatista, el estudio de la colombianidad a través de la CTP permite centrarnos en una posición indeterminista hacia el identitarismo, y el etnocentrismo, como rescatar visiones antiburguesas, anti-imperialistas y antimaterialistas y antiracistas. El fin es rescatar elementos válidos de estudios objetivos de las teorías emergentes de la modernización, adaptando alternativas a contextos nacionales, como a Colombia.
Esto permite reconocer con suma certeza las ideologías, contrarios o no, porque es parte de un proceso evolutivo a la idea de superación. Por tal razón, esta metodología es una visión que en suma es científica mas no dogmática.
Esquemas de superación en conceptos anacrónicos como ‘tercera posición’, nacionalismos racistas, anarco-capitalismo o neo marxismo en movimientos progresistas, en los cuales no puede haber discusión entre izquierda/derecha, no hay posiciones de trabajo cooperativo por la polarización en tales bandos.
La colombianidad supera estos espectros tan obsoletos y que no reflejan la complejidad de la realidad actual, precisamente en la realidad política nacional. Además, abandera el estudio científico y objetivo tan necesario para estas décadas de conflictos entre bandos cegados por su composición ideológica, siendo antinacionales para la construcción de nación.
Como muy bien indica el director adjunto del Centro de Estudios Crisolitas en Perú, Israel Lira:
“Entre tanto, que quede claro que el objetivo principal del Centro de Estudios Políticos para la Colombianidad, tiene como objetos de estudio las 3 teorías políticas de la modernidad (Liberalismo, Marxismo y Fascismo), en aras de construir una alternativa propia, nacional, netamente colombiana, creada en Colombia, y como decimos acá en Perú, soluciones peruanas para problemas peruanos. De igual forma, soluciones colombianas para problemas colombianos. Ese es el espíritu”.