El pasado 11 de mayo el pequeño Liam Martínez Trespalacios, quien sufría de parálisis celebral, murió en la clínica La Asunción de Barranquilla. En una primera instancia los doctores de la institución clínica tenían serias dudas, creían que el pequeño de cuatro años había muerto de Coronavirus. Su mamá, Yasiris, le decía a los médicos que, por favor, esperaran la prueba que le habían hecho. Por medidas sanitarias los médicos decidieron adelantarse y cumplir los protocolos de seguridad. Yasiris quería despedirse de su hijo, tomarle por última vez su mano tan pequeña como una semilla de amor. 48 horas después de su muerte llegó la prueba de COVID-19 pero ésta dio negativo. Esperanzada de poder verlo en la funeraria ya todo había pasado, era demasiado tarde. El niño ya había sido cremado. Lo que quedó fue este relato de Yasiris que publicó en su cuenta de Facebook.
Son muchos ya los casos de personas que mueren y luego, muchos días después, la prueba llega confirmando que nunca tuvieron Coronavirus o que si lo tuvieron. Miren este conmovedor relato.