Esta columna, ¿fue la primera?, que trajo el tema ventilado en Europa sobre el fantasma global que se avecinaba. Ahora es un escándalo mayúsculo. Todavía no el suficiente, lamentablemente, para suscitar un cambio en la atención vacunal de todo el mundo, especialmente el de nuestros países pobres.
Ahora agregamos el rebose de la espuma de los acontecimientos: ¿han notado el enorme silencio que se cierne sobre la insurgencia de nuevas cepas? Les adelanto mi teoría conspirativa del momento: ese silencio perdurará hasta que recojan inversión y ganancias en las vacunas actuales. Luego destaparán que se necesita nueva financiación, nuevas vacunas, para las cepas resistentes. Conclusión: el coronavirus destapa una ola de crímenes en ciernes contra la humanidad. Una cadena para matar pobres a diestra y siniestra y a la lata. Esa es la consigna.
Pero hay que ir por partes. Desglosar uno por uno lo que criminales en serie corporativos, especialmente incrustados en farmacéuticas transnacionales y gobiernos, intentan en lo que podría ser una matanza global, con una ventaja, que se hace a la vista de todo el mundo.
¿Pero cómo así que es una ventaja matar a la vista de todo el mundo? ¿El que mata infraganti no va directo a la cárcel? Bueno, aquí en Colombia llevamos la ventaja de realizarlo a nivel masivo con los falsos positivos desde el mismo ejército nacional. ¡Ya tenemos experiencia! Las farmacéuticas transnacionales serían unas copietas. Proponen algo así como la seguridad democrática transnacional del COVID-19.
Procederemos, como siempre con citas globales de la prensa más independiente del mundo. Aquí va la premisa: “Poner fin a la pandemia de COVID-19 es un esfuerzo global que requerirá un esfuerzo de vacunación masivo no solo en los países ricos sino también en todo el mundo en desarrollo. La verdad es que recién estamos comenzando”.
¡Alto! A esto debe agregarse que la pandemia parecía simétrica. Eso se nos hizo creer. Necesitaban convencernos de que afectaba por igual a todo el mundo, atosigantes estadísticas lo atestiguaban. Se disponían a feriar la mano de aportes de bienes públicos, supuestamente para salvar a la economía global, ¡ay, los bancos!, pero principalmente orientada a financiar a las farmacéuticas transnacionales en la producción urgente de vacunas. Nunca se nos dijo, jamás de los jamases, que tales ayudas iban a investigaciones cuyos productos estarían protegidos por patentes. ¡Chito! No vayan a quejarse: lo hicieron a la vista de todo el mundo. ¡Claaaaro! ¡Nos echaron tierra en los ojos!
Ahora bien, todo el mundo era ignorante, menos las farmacéuticas. Ellas sabían de qué iba el cuento pues venían de enfrentar el ébola y ha manejado donaciones para investigación que nunca se realizaron. Eso fue prolíficamente denunciado incluso a nivel del Congreso de los Estados Unidos.
¿Y ahora qué pasa? Los países ricos han acaparado las vacunas. Adelantaron dinero para quedarse con la producción global. Con ello hacían un doble juego: socializaban un precio alto, y socializaban pasar por el reconocimiento de las patentes transnacionales. ¡Todo con bienes públicos!
¡Claaaro! ¡Si entre ellos habían hecho el negocio! ¡Las utilidades se quedan allá! ¡Los aportes públicos regalados regresan a la circulación masiva por la vía de la realización de las plusvalías y las ganancias corporativas! ¡Un negocio redondo! ¡Absolutamente asimétrico! ¡Un crimen global a la vista de todo el mundo! ¡Absolutamente simétrico! ¡El emperador gusta de andar viringo!
Ojo, todavía en este cuento no se habla de comisiones por debajo de la mesa. ¡Ya aparecerán! Si cree que no hay mermelada, usted sigue siendo un tonto de capirote. Una de las mermeladas gigantes que pasa desapercibida es la continuidad del sistema y sus regímenes.
Y aquí introducimos algo espectacular. ¡Por favor, siéntese!
“Es por eso que The Intercept decidió publicar una investigación importante sobre cómo Howard Dean, el antiguo candidato presidencial progresista ahora en la nómina de una firma de cabildeo de las grandes farmacéuticas, estaba presionando a la administración Biden para que obstruyera las vacunas genéricas COVID-19 de bajo costo para los países en desarrollo”.
¡Es increíble! Observen cómo a estas alturas, la lucha contra la infestación del COVID-19 se torna absolutamente asimétrica. ¡La acción simétrica del virus está siendo retorcida por el espacio-tiempo humano!
Las transnacionales farmacéuticas no solo se beneficiaron con los fondos de las vacunas: con las utilidades derivadas les sobra billete para financiar cabilderos de alta estirpe, incluso disfrazados de progresistas demócratas, para oponerse a las mejores intenciones de Biden de socorrer con fondos la vacunación con genéricos de COVID-19 de los pobres del mundo. Y son implacables: se cae de su peso que ya recuperaron la inversión de fondos públicos realizada.
¿Y cómo lo hacen?
¿Cuál es el negocio?
¡Cómo viste ese señor!
¡Cómo vive esa señora!
Sí señor. Así se los digo. ¡Mafia entronizada y venteada a la vista de todo el mundo!
Bueno, pero será cierto que quieren salvar a la gente, o seguirán prefiriendo salvar a la economía. ¡Como si pudiera haber economía sin gente! Digámoslo otra vez de la manera más rotunda: ningún capitalista financia nada gratis. Si aceptan que bienes públicos ayuden a la gente es porque ellos van en cola y se han reservado la parte del león.
Prueba irrefutable: la reforma tributaria que está debatiéndose en el Congreso.
(Estamos hablando de la misma situación derivada del COVID-19. Existe unidad de materia. Esto hace parte del crimen global)
Para eso tienen libelistas cabilderos incrustados en el gobierno. Y en la Semana. El ministro de Hacienda, que tendría que saber el precio de la realidad, dice que una docena de huevos, ¡los célebres huevitos de Uribe! Vale mil ochocientos pesitos. ¡Y un pedo de huevos tan baratos!
Todavía falta algo. Vargas Lleras y el ya volteado Gaviria están peligrosamente en la oposición. Espérense y verán su triple salto mortal en pegoña para aterrizar en el océano de mermelada. Ahora se oponen solo para encarecer el negocio.
“El trabajo de Dean en nombre de las grandes farmacéuticas es simplemente espantoso. Está luchando contra un esfuerzo liderado por India y Sudáfrica, al que se unieron Kenia, Bolivia, Pakistán y decenas de otros países para solicitar una exención temporal de los derechos de propiedad intelectual sobre la creación de vacunas COVID-19”.
Este asunto es impresionantemente horroroso. No hay forma que nadie escape a percibir la absoluta necesidad de un tratamiento global de financiación no solo de las dosis vacunales por encima de las patentes. Vacunas que ya están pagas y requetepagas no solo con las ventas a precios exorbitantes, también porque el capital invertido es de origen público. Y cuáles serán las personas cuyos capitales están detrás de la propiedad privada de tales farmacéuticas transnacionales. ¿Acaso no serán de aquel churubito del 1% que posee la riqueza mundial?
El mundo debería solicitar saber quiénes están detrás de estos crímenes. ¿Otro Nuremberg? Bueno durante la guerra Hitler no mató tantos judíos a la vista de todo el mundo. ¿Alguien adivinó el momento en que estos dinosaurios transnacionales se tomarían el mundo? Siendo tan grandes, ¡miren el estruendo que hacen! ¡Nubes de polvo anuncian su paso abusivo por el mundo!
Por qué no se saca la cuenta de cuánto dinero ganarán estas transnacionales con el negocio, ojo, solamente de la primera cepa combatida del COVID-19.
Es posible que avizoren mejor que todo el mundo que si no se aplica uniformemente la vacuna, otras muchas cepas florecerán y tendrán negocio para rato. ¡Y la ola de crímenes masivos, de asesinos en serie incrustados en las transnacionales y sus gobiernos títeres seguirá creciendo!
¿Y eso de salvar la economía que siquiera sea un alivio? ¡Está bien, gracias!
Recientemente el expresidente Santos ha reaccionado a esta exorbitante tragedia. ¡Miren como rodea a Biden, como si este fuera un santo! No le creo un céntimo. Desde aquel libro célebre de Dridzo Losovsky, De la huelga a la toma del poder, se sabe que la burguesía solo toma la vanguardia para traicionar a sus pueblos. Observen, sin embargo, los horrorosos datos que Santos maneja. Es imposible que no sean de conocimiento del gobierno de turno desde hace rato. Santos propone un negocio en ciernes, la producción nacional de vacunas. ¿Alguien puede imaginarse quienes podrían ser los beneficiarios si Santos ha dirigido una carta personal a Biden? ¡Incluso con ocasión de proponer el gobierno una reforma tributaria!
Y entonces redondeamos el crimen global absolutamente simétrico. Pobres del mundo, ¡uníos! ¡La pandemia y las transnacionales os solicitan! ¡Ofrendad vuestras vidas! No temáis jamás. ¡Cuando hayan llenado sus arcas, volverán a llenarlas con la victoria sobre las próximas cepas!