El Ministerio de Transporte, Germán Cardona, y la Interventoría de la doble calzada Bogotá – Villavicencio, entregaron el balance de la inspección realizada al tramo colapsado del Puente Chirajara, en el que determinaron que este siniestro se dio por fallas en el diseño de la construcción de la obra.
El proceso de construcción del puente debió incluir los refuerzos necesarios para garantizar que el puente soportara el peso de la obra. Los diseñadores de puentes atirantados, saben que las cargas de construcción son mayores que las de funcionamiento, cuando el puente comparte cargas con la otra mitad. Es claro que falló el Pilón, los investigadores de la firma Mexpresa, encargada de investigar la obra, indicaron que se determinó que hubo algunas líneas de hierro horizontal que no se pusieron y eso lo dejó débil. No aguantó su propio peso más el peso descentrado de la porción de tablero que se desplomó.
La interventoría concluyo que como medida preventiva, es necesario la demolición de la parte del puente que sigue en pie, ya que posiblemente este podría incurrir en el mismo error. El informe fue trasladado a la Fiscalía, Procuraduría, a la Unidad de Gestión del Riesgo y a Coviandes, para que se tomen las decisiones que sean necesarias. No obstante, la concesionaria Coviandes (en el que Corficolombiana es accionista) anunció la contratación de otra comisión de expertos, que llegará de Estados Unidos en los próximos días, para realizar su propia investigación de los hechos y determinar cuál es la mejor opción para la estructura que sigue en pie.