Aunque a la navidad la conocemos como una época llena de alegría y paz, también es una época de excesos y situaciones estrambóticas, que nos pueden resultar desagradables y causarnos una profunda desazón.
Entre estas extrañas manifestaciones culturales se encuentra la de un insólito personaje que trae los regalos a los niños de Cataluña en España. Se trata de un pequeño tronco, provisto de dos patas y un rostro dibujado que tiene ojos saltones y una sonrisa infantil, que se instala a partir del ocho de diciembre en la sala de la casa y se tapa con una cobija para que no sienta frío.
Hasta aquí todo parece normal, pero un extraño ritual empieza a efectuarse cuando los niños juegan a alimentarlo, dejándole restos de comida en las noches que son retirados por los adultos sin que estos se den cuenta. Hasta el 24 de diciembre cuando los infantes lo atacan armados con palos mientras le cantan que si no caga turrones lo apalearan hasta destrozarlo. Es en ese momento que le quitan la manta y descubren que el ser mitológico ha defecado una gran cantidad de dulces rellenos de avellanas y nueces que devoran enseguida (los cuales han sido dejados por sus padres con anterioridad para simular la fantástica deposición).
Pero si esta costumbre le parece demasiado escatológica y lejana de nuestros paseos de olla, tamales rellenos con huevo de pisca y alboradas en las que se quema pólvora como si no existiera un mañana. El Caganers le parecerá aún más repulsivo, pues se trata de una figurita que suele colocarse en los pesebres de Valencia, y que es ubicada en un rincón o detrás de un arbusto, agachada y defecando una gran cantidad de estiércol humano.
Los Caganers son tan comunes que en algunos casos son colocados junto al burro, el buey y el niño dios, y toman forma de alienígenas, personajes de dragón ball, futbolistas y políticos famosos.
Pero si esto les parece repulsivo, en Portugal, las familias celebran con una comilona llamada la “Consoda” que es llevada a cabo la mañana de navidad y en la que dejan varios lugares vacíos para que las almas de los muertos puedan celebrar junto a su familia que en algunos casos les prepara sus alimentos preferidos que después arrojan a la basura.
Pero si los parientes de Cristiano Ronaldo le dan de comer a los muertos, los habitantes de Groenlandia se deleitan con Kiviak, un manjar hecho de carne cruda de alca (un ave similar a un pingüino) que entierran rodeada de piel de foca hasta que llega a un avanzado estado de descomposición y queda en su punto para ser engullida en nochebuena.
A cientos de kilómetros de distancia, en Ucrania miles de árboles de Navidad son adornados con telas de araña que son consideradas símbolo de buena suerte. Pues existe la leyenda de que una mujer muy pobre había armado su arbolito, pero no las figuritas y bolas para decorarlo por lo que las arañas de su casa tejieron una gran tela alrededor del árbol y cuando el Sol de la mañana la iluminó, quedo transformada en oro, sacando a la matrona de la miseria, como si se hubiese ganado el baloto.
Cabe anotar finalmente que la navidad solo es celebrada por el 44% de la población mundial, aproximadamente 2,135’783,000, para el resto de los 7,500,000 millones de personas, será un día normal, mientras para algunos de nosotros será una velada repleta de guarapo, tamales, marrano y música del eterno Loco Quintero, entre otros…
* Antropólogo, Profesor Universitario y escritor del libro Vampiros, Caníbales y Payasos Asesinos)