Hoy el mundo del fútbol enarca las cejas. Piensan en la historia y los sorprende la osadía. ¿Costa Rica? Muchos la buscan en el mapa y no entienden cómo un país pequeño del que apenas se conoce que no tiene ejército, venga con su cara de yo no fui y ponga patas arriba un grupo del Mundial conformadocon potencias que han escrito páginas gloriosas, llenas de pergaminos, cuyos nombres son objeto de culto, cada una con altar propio y legiones de admiradores.
¿Costa Rica? ¿Cómo es posible que ponga en ridículo a Uruguay, goleándolo? ¡Por favor! Esto es restarle seriedad al fútbol, dicen con altivez los pontífices. Por fortuna es solo un partido, explican. Es lo bonito del fútbol, estos duelos que nadie espera, como cuando un chambón que nunca ha cogido un taco hace una carambola a tres bandas. Cuestión de suerte. En la segunda fecha, advierten con suficiencia, las cosas volverán a su lugar.
Y llega la segunda fecha. Italia, la de Pirlo, va a poner el estandarte de los gigantes en lo más alto. La lógica, la historia, no permitir que caiga el nivel con estos aparecidos, las palabras se desparraman en los concilios de los que todo lo saben. ¿Cuánto apostamos? Vean lo que le hizo a Inglaterra. Imagínense lo que les viene cuerpo arriba a... ¿cómo es que los llaman? Ah, sí, a los ticos. Es que la tradición se respeta, ni más faltaba. Pobrecitos, dice un comentarista con voz de sabio. Pueden darse por bien servidos. De aquí en adelante, a sufrir.
Lo que no aclaró el señor del micrófono era quién iba a ser el de los padecimientos. Por lo menos no fueron los ticos que jugaron a sus anchas, de igual a igual, bueno, la verdad eso no les haría justicia, jugaron por encima de Italia, ordenados atrás, unas fieras en el medio, y en oleadas hacia arriba, sin importarles que esos señores de azul ya habían ganado en el papel y sólo les faltaba un pequeño detalle, hacerlo en la cancha…
Desastre. Pirlo inclinó la cabeza y Balotellile echó la culpa a sus diez compañeros por no ser como él. Los egos, el orgullo herido, el desván de los recuerdos, el escudo descosido,todo hizo parte de este encuentro convertido en tragedia nacional. Se estrellaron, como días antes lo hizo Uruguay.
¡Quién dijo miedo! La prensa italiana apabulló a los suyos con adjetivos hirientes. Dejarse ganar así, de esa manera, por… ¿cómo es que se llama ese país? ¿Costa Rica? ¿Eso es una isla? ¡Dónde carajos queda! Reclaman responsabilidades y hasta la FIFA duda. Algo raro debe haberporque esto no puede ser posible y le hace control antidopaje a siete ticos. El que las usa se las imagina, dice la sabiduría popular.
Es que ganarles a dos campeones mundiales, ser los únicos clasificados del grupo a falta de una fecha y encima, eliminar a Inglaterra, por Dios, en qué mundo estamos. ¡Que rueden cabezas! La gritería es grande. La histeria cunde en los templos sagrados. Se rasgan las vestiduras. Llanto y crujir de enseres.
Hay que entenderlos. Es muy jodido cuando se cae la estantería;todo tan bien puesto, ordenado por muchos años y llegan estos ticos y como si nada lo echan abajo.Pero lo que más rabia da es que se creen el cuento de que son mejoresque sus encopetados rivales.
Y lo mejor es que lo son, no con frases de cajón sino con hechos. Un meme que circula en la red lo resume todo. En una viñeta titulada “El grupo de la muerte” vemos debajo de cada bandera, el nombre del país. Así, en primer lugar Italia, luego Inglaterra, después Uruguay y debajo de la bandera de Costa Rica, sólo dos palabras: “La muerte”. Es cierto, éste es el grupo de la muerte, y la muerte se llama Costa Rica, matando gigantes con la guadaña del que cree en sí mismo y lo demuestra con creces.
A gozar ticos. Así se escribe la historia.
